Según resultados de la encuesta Delphi de FES Bolivia, el presidente Luis Alberto Arce Catacora alcanza el 53% de valoración, muy positiva (15%) y positiva (38%) entre siete líderes políticos del territorio nacional.

De acuerdo con la ficha técnica de la empresa especializada, los datos se recogen del universo de 125 personas consultadas de un grupo selecto y plural de actores políticos, analistas y periodistas en distintos ámbitos a través de un muestreo por conveniencia.

Se siguieron criterios de diversidad y pluralismo en posicionamiento político, género, región y edad. Se realizó vía online, mediante la plataforma especializada SurveyMonkey, entre el 30 de junio al 17 de julio del 2022.

Según la muestra, el peor calificado en ambos ámbitos es el gobernador cruceño, Luis Fernando Camacho, el 88% desaprueba su gestión, mientras que el 93% señala que tiene una imagen negativa o muy negativa de él.

La primera autoridad de los bolivianos tiene mayor aprobación que la alcaldesa de El Alto, Eva Copa, el 29% la aprueba con mucho o algo; en tanto que el alcalde de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, tiene 23%; el de La Paz, Iván Arias, 15%; el de Santa Cruz de la Sierra, Johnny Fernández, 5%; el gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho alcanza 2% de aprobación, mientras el 10% ni aprueba ni desaprueba, siendo este último el peor posicionado de las autoridades nacionales, departamentales y municipales.

El presidente Arce Catacora se posiciona por encima de los líderes políticos de Bolivia, toda vez que el 53% de los entrevistados tienen una imagen muy positiva o positiva del presidente; mientras que el 35% tiene el vicepresidente David Choquehuanca Céspedes; 30% el presidente del Senado, Andrónico Rodríguez; 18% el expresidente Evo Morales; 13% Carlos Mesa; y 8% Samuel Doria Medina.

El cuestionario Delphi es uno de los instrumentos más serios de evaluación de posicionamiento de la gestión y de los líderes políticos. Se realiza desde hace años por la Friedrich-Ebert-Stiftung (FES), la fundación política más antigua de Alemania, iniciada como legado político del primer presidente alemán elegido democráticamente, Friedrich Ebert, a quien debe su nombre, así como los principios que la rigen.