Orígenes y trascendencia del Gran Poder

Fernando Cajías habló sobre la hibridez religiosa de la festividad.

El reconocido historiador, docente universitario y fundador de la Llamerada San Andrés, Fernando Cajías, afirmó ayer, en una entrevista para LA RAZÓN Radio, que el Gran Poder es la mayor festividad del mestizaje paceño por su fe católica y andina fusionada.
"La festividad (del Gran Poder) es como el Carnaval de Oruro y otras fiestas pequeñas. Es parte de una simbiosis religiosa, es de teología híbrida, se muestra tanto el culto católico como las ritualidades andinas, que refleja la inclusión del mestizaje paceño", dijo Cajías, quien confirmó su ausencia en la entrada por secuelas del COVID-19.
Recordó también cómo la fastuosa entrada se introdujo en el centro de la urbe. Contó que se inició con algunas danzas en 1923 en calles de la populosa zona de Gran Poder y, con el transcurrir del tiempo, con la creación de la Asociación de Conjuntos Folklóricos en mayo de 1974, derivó en el ingreso de las fraternidades a El Prado paceño.
"Es la representación cultural de toda la zona andina y se debe a su devoción religiosa. Detrás están los señores del Gran Poder, los gremios muy fuertes de comerciantes, transportistas y bordadores que son los que sostienen la festividad", agregó el historiador.
Cajías sostuvo que antes de la entrada, hay actividades generales e individuales de las fraternidades, debido al crecimiento del movimiento cultural y económico del Gran Poder en los últimos años, sobre todo por la masiva devoción hacía la imagen del Señor Jesús del Gran Poder.
ACOMPAÑAMIENTO.
"En diciembre previo, el nuevo pasante presenta su programa, hace la ch'alla de su nueva gestión y en enero, las morenadas realizan sus recepciones sociales con artistas internacionales como Laura León, Cristian Castro o Palito Ortega, donde el pasante trata de lucirse. Después, cada fraternidad tiene su misa, su propia ch'alla de la vestimenta y sus actividades", detalló, a tiempo de invitar a la ciudadanía a ser parte de la fiesta.
El historiador, quien es una conocida figura de la Llamerada San Andrés, aseguró que este año no participará en la entrada debido a las secuelas que aún tiene, producto del COVID-19 que tuvo hace un tiempo.
No obstante, "si puedo acompañaré caminando un trocito, sobre todo, frente al santuario", dijo sobre su fraternidad, que este año cuenta con 200 bailarines.