La anterior semana, en el artículo denominado "Sobre Gestoras de Pensiones" publicado en La Razón, elaboramos una propuesta para la reconversión de la actual Gestora Pública de Pensiones, proponiendo que ésta se convierta en una especie de holding de las dos
Administradoras de Fondos de Pensiones, una vez negociado el traspaso desde sus actuales propietarios a favor de la Gestora de Pensiones. Esto significaría respetar el sistema informático de cada una y eventualmente su personal, tendiendo a que la Gestora Pública se convierta en una administradora del buen funcionamiento de cada una de las actuales AFP.
Propusimos también que la actual Gestora, que se ha ido constituyendo desde hace un par de años, pueda reconvertirse en una Gestora Pública del Ahorro Infantil, dado que el principio de manejo de un fondo fiduciario autónomo a largo plazo sería el mismo.
¿A qué me refiero con esto?
Para nadie es desconocido el sistema del ahorro familiar a favor de los niños. Esto se da, sobre todo, en países desarrollados, donde los padres o abuelos ahorran sistemáticamente para que sus hijos o nietos cuenten con un pequeño capital, a su mayoría de edad, para iniciar una carrera académica o técnica o, alternativamente un negocio o una pequeña empresa.
Pues es eso lo que proponemos para la niñez y juventud bolivianas. Habiendo pasado sus pruebas el sistema de administración de fondos de pensiones, hemos venido pensando y comentado la necesidad de poner en pie un sistema de ahorro, para que los niños bolivianos o nacionalizados como bolivianos, que luego se van convirtiendo en jóvenes y en mayores de edad a partir de los 18 año, puedan contar con un ahorro, gracias a la constitución de una gestora pública del ahorro infantil (denominemos Gepain)
El sistema consistiría en que los padres de niños bolivianos ahorren, por decreto, al menos un boliviano (1 boliviano) diario a favor de cada uno de sus hijos, hasta su mayoría de edad. Para el caso de niños en orfelinato, serían las gobernaciones o alcaldías las encargadas de ahorrar por ellos.
Cada niño tendría una cuenta de ahorro a largo plazo (hasta los 18 años), en la que se irían acumulando los depósitos realizados por sus padres o tutores (en caso de huérfanos la entidad pública designada), de la cual podría extraer recursos a partir de su mayoría de edad para pagar matrículas universitarias o de institutos técnicos o para iniciar un negocio o comprar maquinaria, o lo que el muchacho o muchacha vean por conveniente.
Considerando el aporte mínimo de los padres o tutores, de 1 boliviano al día, el monto de capital ahorrado llegaría 6.570 boliviano en 18 años. La rentabilidad de ese monto, dependiendo del rendimiento a ser logrado, podría llegar entre 2.100 y 3.800 bolivianos, en el caso hipotético, no descabellado, que las tasas de interés logradas por las inversiones de la Gestora se sitúen entre el 3% y el 5% anualmente. Por lo tanto, el ahorro de los niños, bajo este sistema podrías llegar en los 18 años a cerca de 10.000 bolivianos, que consideramos sería un capital de arranque para el bachiller o el joven, que sin ser bachiller tendría el derecho de hacer uso del ahorro logrado por sus progenitores.
Se podría pensar también que no sólo se ahorre para todo niño recién nacido, sino para todos los niños y jóvenes menores de los 18 años, es decir, que si se constituye la Gepain en un próximo futuro, cerca del 40% de la población, que tiene menos de 18 años, estaría aportando un monto próximo a 4,6 millones de bolivianos diarios y casi 1.680 millones de bolivianos anuales, o sea cerca de 240 millones de dólares anuales, que es más o menos el 10% de los aportes anuales de los trabajadores a las AFP actualmente, monto nada despreciable para la Gestora Pública de Ahorro Infantil o Gepain.
La Gepain podría cobrar lo mismo que las AFP, que cobran el 0.5% de los aportes, en este caso de los ahorros por concepto de administración, y el 0,2285% del capital acumulado, con lo cual podría cubrir sus costos, como lo hicieron las AFP al comienzo.
El beneficio adicional sería el incremento del ahorro, que se convertiría en liquidez para el sistema financiero, que permitiría incrementar la inversión en la economía, como lo que pasó con las AFP desde su comienzo.
Finalmente, se puede pensar en soluciones aptas y legales para la casuística de fallecimiento de los niños, pudiendo ser herederos los padres o los otros hermanos. Del mismo modo, en caso de que un niño perdiera a ambos padres, el ahorro podría ser asumido por la autoridad subnacional, la cual, por otra parte, sería la "heredera" en caso de que los niños de orfelinatos fallecieran. Si el niño emigrara, su ahorro no se perdería y tendría derecho a él a sus 18 años.
Se podría tejer mucho alrededor de esta propuesta, pero lo más importante es que los jóvenes a los 18 años no estarían tan desprovistos de recursos para organizar su futuro. Del mismo modo, es probable que se podrían articular mecanismos u obtener donaciones internacionales para aumentar los ahorros de los niños y jóvenes y así permitir que esta gestora ayude también en el propósito del gobierno, de mejorar los niveles de vida a futuro.
Marcelo Zabalaga fue parte del grupo de fundadores de la AFP Futuro de Bolivia.
Una Nueva Gestora de Fondos a largo plazo
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