Agresiones sexuales en colonias menonitas Piedras y Belice fueron planificadas


Las colonias menonitas Piedras y Belice, asentadas a las afueras del municipio de Pailón en el departamento de Santa Cruz, fueron intervenidas por el Ministerio Público y la fuerza pública que investigan una pesadilla recurrente en esta sociedad protestante tradicionalmente cerrada al mundo exterior: la agresión sexual a decenas de mujeres.
"De forma conjunta con el Ministerio Público, se ha procedido a intervenir dos poblaciones de la comunidad menonita, tras haber recibido denuncias de violaciones a mujeres", informó a la televisora privada Red Uno el director de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia de Santa Cruz, coronel Edson Claure.
Jhohan L. de 20 años, Bernahard F. de 25 y un menor de 17, menonitas, fueron detenidos como presuntos autores de las agresiones sexuales en las dos colonias. La policía sospecha que hay más implicados en el caso.
De acuerdo con el jefe policial, al menos 20 mujeres, aunque se presume que el número podría ser mayor, fueron atacadas por esos "antisociales".
"Esos sujetos planificaban las violaciones", aseguró Claure.
De acuerdo con la investigación, los "abusadores" se embriagaban, escogían una casa, esparcían con spray un producto químico adormecedor por las ventanas y después ingresaban "para tenerlas a su disposición y abusarlas sexualmente".
Se trata de un spray, explicó, con químicos utilizados para adormecer al ganado, con efecto somnífero.
Lo que sucedió en Piedras y Belice, recuerda a la vecina colonia de Manitoba que vivió la misma pesadilla en 2009.
En Manitoba pensaron que algunos demonios estaban violando a las mujeres del pueblo. No había otra explicación.
Las mujeres, de entre 13 y 60 años, despertaban con las sábanas cubiertas de sangre y semen, sin recordar nada de la noche anterior. Otras, amanecían a campo abierto, desnudas y golpeadas.
Nueve hombres, miembros de la pequeña comunidad cristiana, fueron detenidos por ese caso. Más tarde, fueron condenados a prisión por violar y abusar sexualmente de al menos un centenar y medio de mujeres y niñas, en un periodo de dos años.
Uno de ellos, como otros violadores y homicidas en el resto del país, obtuvo su libertad a través de un pago de 25 mil dólares a los operadores de justicia. Fue capturado y devuelto al penal de Palmasola un par de semanas atrás, cuando la pesadilla de Piedras y Belice llegaba a los medios de comunicación.

Por Mauricio Carrasco