El Gobierno y la Policía Boliviana comenzaron a tejer un renovado espacio de relacionamiento sobre la base de al menos cinco ejes y con el desafío inicial de consolidar un mecanismo que garantice que no se repitan motines como el que en noviembre de 2019 encaminó la caída del gobierno del entonces presidente Evo Morales.
La fórmula para ello mezcla ingredientes como el reforzamiento de la disciplina, la atención oportuna de las demandas internas y hasta la revisión de las normativas policiales. Los otros dos ejes tienen que ver con el respeto a la institucionalidad y la recuperación de la confianza.
La ruta para neutralizar los motines con derivaciones políticas sigue el pedido que el lunes en la noche hizo el presidente Luis Arce al momento de posesionar en el cargo a Aguilera. "No podemos tener más nunca policías que asuman acciones para ir en contra de un gobierno democrático y legalmente constituido. Eso no debe volver a ocurrir nunca más y eso sólo será posible mientras nuestra Policía se rija bajo los principios constitucionales, sirviendo siempre al pueblo boliviano", dijo.
Ayer, el flamante comandante ofreció al menos media decena de entrevistas a distintos medios de comunicación, en las que consideró que hubo un trasfondo político en el amotinamiento de 2019 y, para que ello no se repita, propuso, entre otras cosas, mejorar la atención a las expectativas de los policías, tanto del sector activo como del pasivo.
Dijo que se analiza atender con recursos propios las necesidades del sector pasivo, mientras que para el servicio activo se pretende generar "alianzas estratégicas" para mejorar los servicios de salud, educación y vivienda.
Mencionó además la importancia de la disciplina y el respeto a la ley y a las autoridades legalmente constituidas. "Nosotros estamos conscientes de que el poder civil, es decir las autoridades democráticamente elegidas, son las que rigen los destinos de todas las fuerzas y, en este caso, de la Policía. Y lo hacemos no sólo por mandato constitucional, sino por conciencia. Sabemos que nuestra obediencia se debe al poder que surge de la decisión del soberano".
En noviembre de 2019, un motín policial que comenzó en Cochabamba con demandas sectoriales se extendió a todo el país y, alimentado por protestas civiles contra el Gobierno, derivó en un pedido de renuncia del entonces presidente Evo Morales.
Este jueves, durante un encuentro con Aguilera y suboficiales de la Policía, el ministro de Gobierno Carlos Eduardo del Castillo anunció la apertura de la actual administración para atender las expectativas de la Policía, aunque advirtió que en la parte económica se deberán buscar mecanismos alternativos, ya que la economía nacional se encuentra en crisis.
"Les voy a pedir paciencia sobre el tema económico, el país se encuentra en crisis. Cada día que recibimos un informe del Ministerio de Economía, la crisis es inimaginable, básicamente no tenemos dinero dentro de las arcas del Estado. Una vez reactivada la economía podremos solucionar todas y cada una de las demandas", anunció.
También mencionó la apertura para impulsar reformas en la normativa legal vinculada a la institución, sobre la base de proyectos consensuados que presenten los propios policías.
Poco después, en una conferencia de prensa, consultado sobre lo que hará el Gobierno para que no se repita lo que ocurrió en 2019, contestó: "Estamos escuchando a todos los sectores de la población organizada, a la misma Policía, y hoy hemos instruido que trabajen propuestas. Las vamos a revisar y vamos a dialogar con ellos. Cuando tengamos una propuesta final la haremos conocer a los medios de comunicación".
Sobre el eje de institucionalidad, Del Castillo propuso a los policías que trabajen en un nuevo reglamento de puntuación para ascensos. "He pedido a la Policía Boliviana, a los mejores de cada curso, que empiecen a elaborar una propuesta de un reglamento de puntuación y que sea un consenso entre todos los cursos, entre todas las promociones", dijo.
También mencionó la importancia de que se recupere la confianza en la institución. "Necesitamos recuperar la confianza del pueblo. Mientras antes recuperemos la confianza del pueblo, la sociedad va a entender que nuestras demandas dentro de la Policía son un asunto prioritario".
Gobierno y Policía buscan un candado contra los motines
Disciplina, confianza, institucionalidad y reformas legales incubadas en la misma Policía Boliviana forman parte de los pilares de relacionamiento.
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