2022: ¿Para dónde vamos?


Estamos a unos días de concluir 2021, se cierra un ciclo para abrir otro, el 2022. Es tiempo de realizar balances sobre la situación en la que nos encontramos y de pensar, ¿para dónde vamos? En el mundo, vivimos tiempos de crisis de carácter civilizatorio cuyas consecuencias se incrementaron con la sindemia del COVID-19; su impronta es la crisis social, crecimiento de las tasas de pobreza y desigualdad, así como calidad de vida que empeora; la crisis económica, crecimientos económicos insuficientes, explotación de la mano de obra y la naturaleza, además de escasa distribución de excedentes; la crisis ambiental, pérdida de biodiversidad, agua y bosques, e incremento de la emisión de gases de efecto invernadero. Por cierto, en estas condiciones no es fácil dar respuesta a la pregunta planteada en el título del presente artículo, a la vez que es motivo para analizar a mayor profundidad las causas de este duro panorama.

En un mundo donde los recursos naturales se agotan, los orígenes de la crisis civilizatoria se encuentran en la manera de concebir la vida, así en como se considera la relación hombre/ser humano-naturaleza/madre tierra. Es el dilema, e inclusive enfrentamiento: antropocentrismo- biocentrismo.

Al respecto, Víctor Toledo, ecologista mexicano, contribuyendo a este análisis, afirma que el mundo, desde siglos atrás, se sustenta en "un peligroso y exclusivo antropocentrismo, donde la vida gira en torno al hombre, obsérvese que no decimos que gira en torno al ser humano, ya que las implicaciones patriarcales también influyen sobremanera en esta forma de entender el mundo y la vida, y por lo tanto, la mujer queda marginada en esta visión… así, modos de producción y consumo, pero también modos y formas de vida, e imaginarios económicos, sociales y culturales, vienen definiendo los moldes del funcionamiento de nuestras sociedades. Los dogmas del capitalismo y del neoliberalismo, con sus peligrosos valores, no solo han imbuido las relaciones humanas y sociales en el fundamentalismo de mercado, que provoca los procesos de explotación del ser humano y de la naturaleza, sino que además han conducido a un absoluto desprecio hacia todo el resto de formas de vida no humanas, es decir, animales, plantas y el resto de organismos vivos que alberga la Madre Tierra". El antropocentrismo es una característica de la civilización industrial capitalista, monocultural, patriarcal y depredador, considera al hombre "dueño y señor" de la tierra para justificar la extracción ilimitada de los recursos naturales, los hombres quedan separados del entorno natural.

Mientras, el biocentrismo pone todas las formas de vida en el centro, sea esta vida humana y no humana. También asume que las y los seres humanos somos parte de la madre tierra desde una visión holística. Las y los seres humanos dejamos de creer que la naturaleza nos pertenece y que nos dará recursos infinitamente. Desde esa concepción, progreso, desarrollo, bienestar o riqueza, que en la concepción antropocéntrica están limitados a la producción, consumo y el tener, desde la concepción biocentrista, se re-significan y se comprenden como distribución de la riqueza y equidad social para alcanzar el vivir bien de la población. El biocentrismo responde a la concepción de vida de la población, así como a su origen e identidad cultural. Así se genera una nueva ética que respeta los derechos de la tierra y la diversidad de formas de vida que existen en ella. Desde esa perspectiva, las "políticas por la vida" son prioritarias. Con esos antecedentes, el biocentrismo es una alternativa para preservar la vida ante el contexto de crisis civilizatoria.

El 2022, ante la crisis que vivimos en la actualidad, nos invita a posicionarnos, ¿construimos respuestas para preservar la vida o nos mostramos indiferentes?, ¿resistimos, re-existimos y construimos esperanzas o dejamos que la crisis nos lleve a un momento de irremediable tendencia de consecuencias fatales?, ¿asumimos que tenemos que convivir en armonía con la madre tierra o seguimos explotando?, ¿seguimos en una búsqueda obstinada del desarrollo, el progreso y crecimiento económico o generamos vivir bien y felicidad?

Las preguntas sobre qué haremos en el 2022 giran a nuestro alrededor, es tiempo de seguir creando ese "otro mundo" con base en la "vida de todos los seres vivientes". Es tiempo de tomar definiciones y opciones éticas sustentadas en el biocentrismo, así bienvenido año nuevo.

Noel Aguirre Ledezma es educador popular y pedagogo. Fue ministro de Planificación del Desarrollo y viceministro de Educación Alternativa y Especial.