Izquierdista Xiomara Castro lidera conteo de votos en presidenciales de Honduras

Castro ha conseguido hasta el momento el 53,52% de los votos contabilizados, mientras que el derechista Nasry Asfura alcanza el 34,02%.

La izquierdista Xiomara Castro, del partido Libertad y Refundación, lideraba este lunes en la madrugada el conteo preliminar de votos frente al oficialista de derecha Nasry Asfura (Partido Nacional), cuando se han escrutado un 30% de los sufragios.
De acuerdo con la información del Consejo Nacional Electoral (CNE), Castro ha conseguido hasta el momento el 53,52% de los votos contabilizados, mientras que Asfura alcanza el 34,02%. En tercer lugar se ubica el aspirante del Partido Liberal, Yani Rosenthal, con 9,13%.
«Buenas noches, ganamos», dijo Castro en una aparición pública frente a sus simpatizantes la noche del domingo, y prometió un «gobierno de reconciliación».
Si se confirma la tendencia, la esposa del derrocado presidente Manuel Zelaya (2009), se convertiría a sus 62 años en la primera mujer en gobernar Honduras.
«Ningún candidata o candidato se puede declarar ganador hasta que se procese la última acta», advirtió no obstante el presidente del CNE, Kelvin Aguirre, en conferencia de prensa, mientras en Tegucigalpa, la capital, se escuchaban fuegos artificiales.
Aguirre habló de una participación «histórica» del 62% de los electores: 3,2 millones de ciudadanos acudieron a sufragar en unos comicios sin balotaje.
El ganador sustituirá al presidente Juan Orlando Hernández, del PN, quien gobernó por dos períodos consecutivos y culmina su mandato en medio de señalamientos de narcotráfico desde Estados Unidos.
Optimismo oficialista
«Cuando las actas entren a la capital se va a demostrar que el Partido Nacional con 'Tito' Asfura ha ganado una vez más el proceso electoral», comentó en un mitin el dirigente y candidato a diputado de la agrupación, Jorge Zelaya.
Castro, quien consolidó su favoritismo en el último tramo de la campaña, promueve un «socialismo democrático» con una agenda que incluye la legalización del aborto en causales como violación, y está abierta a discutir el matrimonio igualitario.
Ha sido tildada de comunista por sus rivales, y ese discurso ha calado.
«Muchas características de Venezuela las quieren traer aquí a Honduras y no las aceptamos», dice Rosa Díaz, una ama de casa de 26 años que votó por Asfura, conocido como «Papi a la orden», porque cree que «es diferente».
«¿Cuál comunismo, si aquí en Honduras el que no trabaja no come? Yo nunca he vivido por un partido», dice por su parte Guadalupe Rodríguez, una vendedora ambulante de comida, de 54 años, quien votó por Xiomara.
Los hondureños también elegirán a 128 diputados, 298 alcaldes y 20 representantes del parlamento centroamericano.
Llamados a la calma
Los días previos a los comicios revivieron los temores de un posible fraude, denunciado por la oposición en 2017.
Durante la campaña fueron asesinadas al menos 31 personas vinculadas a los comicios, según el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional. Esto hace temer más incidentes si una de las partes desconoce los resultados.
Asfura, de 63 años, también llegó a estos comicios como favorito, fue apoyado por un partido sólidamente organizado y las oportunas entregas de bonos del gobierno a familias vulnerables.
Ambos postulantes trataron de calmar los ánimos. Xiomara pidió una «fiesta cívica en paz» y Asfura dijo que «como caballero y como hombre» aceptaría los resultados.
«Ni una gota de sangre tiene precio», declaró el también alcalde de Tegucigalpa.
Antecedentes de revueltas
«Independiente de quien gane, todos somos hondureños y tenemos que respetarnos unos a otros» dijo Leonel Peña, un carpintero de 57 años, tras votar en la periferia de la capital.
En 2017, Hernández fue reelecto pese a denuncias de fraude de la oposición. Protestas reprimidas por el gobierno dejaron una treintena de fallecidos.
«Se ha desarrollado una especie de paranoia, la gente se está preparando para la guerra», indicó Pineda. Hubo ciudadanos que en los últimos días se abastecieron de comida y agua ante el temor de no poder salir luego a comprar.
Todo esto en un país ya golpeado por la violencia de las pandillas, el narcotráfico y dos feroces huracanes en 2020, donde el 59% de sus 10 millones de habitantes vive en la pobreza.
El desempleo pasó de 5,7% en 2019 a 10,9% en 2020, en gran parte debido a la pandemia del coronavirus.
«Narcogobiernos»
Washington está atento a lo que suceda en Honduras, estimó Pineda. No quiere que una nueva crisis aliente aún más las olas migratorias que van de Centroamérica a Estados Unidos.
El PN gobierna desde el derrocamiento de Zelaya en 2009, en un golpe de Estado apoyado por la derecha, debido a su cercanía con el chavismo.
Pero escándalos de corrupción y narcotráfico han salpicado a Hernández. Tony, su hermano, cumple cadena perpetua en Estados Unidos por tráfico de drogas. Los narcos que el presidente ayudó a extraditar a ese país -y los fiscales que enjuiciaron a su hermano- lo acusaron de estar involucrado en el narcotráfico.
Asfura, en tanto, fue acusado en 2020 de malversar fondos públicos y nombrado en los Papeles de Pandora.
El tercer candidato en preferencias de los 13 en carrera, Yani Rosenthal (Partido Liberal), pasó tres años en una cárcel de Estados Unidos por lavar dinero del narcotráfico.
«Honduras es conocido internacionalmente como un narcoestado, pero no hay narcoestados, solo narcogobiernos», consideró Pineda.