"Los bolivianos tuvieron la capacidad de mantener la democracia, pese a los momentos dramáticos de enfrentamiento y polarización. Y una y otra vez, apelaron a la soberanía popular, al voto ciudadano, para abrir transiciones, superar las crisis e impulsar nuevos periodos estatales y gubernamentales", con esas palabras Juan del Granado, exalcalde de La Paz y exparlamentario evalúa el nuevo aniversario de la democracia, recuperada el 10 de octubre de 1982.
El abogado Juan del Granado ha sido otro personaje importante en la construcción de la democracia boliviana. Fue el impulsor del juicio de responsabilidades contra el dictador ya fallecido Luis García Meza, parlamentario y activista de los derechos humanos y luego dos veces alcalde de La Paz. Creó e impulsó el Movimiento Sin Miedo, hizo alianza con el MAS, que luego terminó. Hoy alejado de la política cotidiana busca la reforma de la justicia, junto a un grupo de abogados. En ese contexto, Urgente.bo buscó sus criterios.
"El hecho más importante, sin duda, es la capacidad de la democracia boliviana de sobreponerse y superar sus graves momentos de crisis, especialmente caracterizados por el agotamiento de ciclos estatales y gubernamentales".
Del Granado recuerda que el gobierno de Hernán Siles Zuazo demostró rápidamente que el ciclo del nacionalismo revolucionario, el iniciado en abril de 1952, había terminado y con él se abrió una etapa de crisis política y desestabilización desde los sectores conservadores contra el gobierno de la UDP. Siles renunció a la Presidencia un año antes del fin de su mandato, lo que permitió nuevas elecciones, en las que triunfó Víctor Paz Estenssoro, quien abrió a la etapa neoliberal.
"El agotamiento del modelo neoliberal devino al cabo de 20 años y la transición fue cruenta, especialmente el año 2003, cuando Sánchez de Lozada fue expulsado del país luego de la sublevación popular del Alto y La Paz. Luego, tras dos gobiernos transitorios, hubo un nuevo proceso electoral en el que triunfó el MAS. Y la crisis última, la de 2019-2020, en la que, después de 14 años, el proyecto gubernamental dirigido por Evo Morales, agotado por el autoritarismo y el prorroguismo, culminó en una profunda crisis, en la que una sublevación ciudadana puso en fuga a los gobernantes, abriéndose otra transición que culminaría a su vez con un nuevo proceso electoral", recuerda Del Granado. Lo que significa que Bolivia sabe salir de las profundas crisis políticas.
Pese a los momentos de crispación, los bolivianos construyeron un momento fundacional para la proyección del país. Y, apunta del Granado, es la Asamblea Constituyente y la nueva Constitución, que expresa la inclusión, la pluralidad económica, jurídica y política, y una nueva visión del desarrollo a partir de la protección del medioambiente y la naturaleza, junto a la descentralización autonómica. La Constitución marca el rumbo de la construcción de una Bolivia diferente.
El exalcalde de La Paz pide valorar los avances incorporados en la nueva CPE, porque ella "trasciende largamente los grandes errores y deficiencias del gobierno del MAS que, en lugar de desplegar y construir esos fundamentos estatales, los ha malogrado al extremo de deslegitimarlos antes los ojos de una buena parte de la población". Eso significa que las nuevas autoridades deben retomar la agenda señalada por la Constitución.
Rumbo al futuro, Bolivia tiene el reto de encarar tres grandes desafíos: La discriminación especialmente étnica y de género; el centralismo burocrático e ineficiente, y el extractivismo depredador de nuestros recursos y empobrecedor de nuestra población. Para Juan del Granado, los tres son problemas "geológicos" que han producido las sucesivas crisis entre la autoridad y el ciudadano.
Desde 1982, Bolivia no ha podido resolver problemas que se arrastran desde el pasado, por el contrario, los sucesivos gobiernos democráticos los han profundizado. Del Granado se refiere al autoritarismo, la impunidad, la corrupción, la violencia contra las mujeres y la carencia de una correcta administración de justicia, que son los temas urgentes de la agenda democrática de hoy.
"Una sociedad inclusiva, sin discriminación de ningún tipo, un país descentralizado y autonómico y una economía productiva respetuosa del medio ambiente, no serán suficientes si los gobernantes y la sociedad no hacen un gran pacto por la ética política, la tolerancia democrática, la sanción de los hechos delictivos, la eliminación de la violencia en nuestras relaciones familiares y sociales, y por la profunda reforma de todo el sistema de justicia. Si somos conscientes de estos desafíos colectivos del corto, mediano y largo plazo, estaremos honrando el sacrifico de los constructores verdaderos de nuestra democracia", cierra del Granado.
Del Granado: La democracia boliviana supo superar crisis e impulsar nuevos periodos estatales
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