Por : James Gallagher
Un simple virus ha frenado en seco la vida tal y como la conocíamos. Nos hemos enfrentado a amenazas virales antes, incluyendo pandemias, pero el mundo no se detiene por cada nueva infección o temporada de gripe.
Entonces, ¿qué pasa con este coronavirus? ¿Cuáles son las peculiaridades en su biología que representan una amenaza única para nuestros cuerpos y nuestras vidas?
Maestro del engaño
En las primeras etapas de una infección el virus es capaz de engañar al cuerpo.
El coronavirus puede estar corriendo desenfrenadamente en nuestros pulmones y vías respiratorias y, aun así, nuestro sistema inmunológico piensa que todo está bien.
"Este virus es brillante, te permite tener una auténtica fábrica viral en la nariz y tú sentirte completamente bien", dice el profesor Paul Lehner de la Universidad de Cambridge.
Las células de nuestro cuerpo empiezan a liberar sustancias químicas -llamadas interferones- una vez que son asaltadas por un virus y esto es una señal de advertencia para el resto de nuestro organismo y el sistema inmunológico.
Pero el coronavirus tiene una "asombrosa capacidad" para desactivar esta advertencia química, asegura el profesor Lehner. "Lo hace tan bien que ni siquiera sabes que estás enfermo".
Cuando miras las células infectadas en el laboratorio, no puedes decir que han sido realmente infectadas y, sin embargo, las pruebas muestran que están "gritando" de la acumulación de virus existente. Y este es solo una de los comodines que el virus puede jugar, sostiene.
Se comporta como un asesino a la fuga
La cantidad de virus en nuestro cuerpo comienza a alcanzar su máximo el día antes de que empecemos a enfermarnos.
Pero toma al menos una semana antes de que el Covid progrese hasta el punto de que el infectado necesite tratamiento hospitalario.
"Esta es una táctica evolutiva realmente brillante porque no te metes en la cama de inmediato, sino que sales por ahí y te diviertes", dice Lehner.
Así que el virus es como un conductor que huye de la escena del accidente: ha pasado a la siguiente víctima mucho antes de que se recupere o muera.
Hablando claramente, "no le importa" si mueres, continúa el profesor Lehner, "es un virus que te golpea y se fuga".
El contraste con el comportamiento del coronavirus original, el SARS, que se manifestó en 2002, es radical. Este último era más infeccioso días después de que el paciente se sintiera enfermo, así que fue fácil de aislar.
Es nuevo, nuestros cuerpos no están preparados
¿Recuerdas la última pandemia? En 2009 hubo grandes temores sobre el H1N1, también conocido como gripe porcina.
Sin embargo, no resultó ser tan mortal como se había previsto porque las personas mayores ya tenían cierta protección. La nueva cepa era lo suficientemente similar a algunas que se habían encontrado en el pasado.
Hay otros cuatro coronavirus humanos, los cuales causan síntomas de resfriado común.
La profesora Tracy Hussell, de la Universidad de Manchester, explica la diferencia: "Este es uno nuevo, de modo que no creemos que haya mucha inmunidad previa".
La novedad del Sars-CoV-2, que es su nombre oficial, puede ser "un gran shock para su sistema inmunológico".
Esta falta de protección previa es comparable a cuando los europeos llevaron la viruela con ellos al Nuevo Mundo, con mortales consecuencias.
Construir una defensa inmunológica desde la nada es un verdadero problema para las personas mayores, ya que su sistema inmunológico es lento.
Aprender a combatir una nueva infección implica mucho ensayo y error por parte de dicho sistema.
Pero en la vejez producimos un conjunto menos diverso de células T, un componente central del sistema inmunológico, por lo que es más difícil encontrar unas que puedan defenderse contra el Coronavirus.
Hace cosas peculiares e inesperadas al cuerpo
Covid comienza como una enfermedad pulmonar (incluso allí hace cosas extrañas e inusuales) y puede acabar afectando a todo el cuerpo.
El profesor Mauro Giacca, del King's College de Londres, sostiene que muchos aspectos del Covid son "únicos" de la enfermedad, de hecho "es diferente de cualquier otra enfermedad viral común".
Dice que el virus hace más que simplemente matar las células pulmonares: también las corrompe. Se ha visto que las células se fusionan masivamente con otras, llamadas sincitios, que funcionan mal y que parecen quedar adheridas.
Después de una gripe severa, se puede tener una "completa regeneración" de los pulmones, algo que "no sucede" con el Covid, argumenta Giacca. "Es una infección bastante peculiar".
La coagulación de la sangre también falla extrañamente con el Covid, conociéndose historias de médicos que no pueden poner una vía en un paciente porque se bloquea inmediatamente con sangre coagulada.
Los marcadores de coagulación en la sangre son "200%, 300%, 400% más altos" de lo normal en algunos pacientes de Covid, informa la profesora Beverly Hunt, del King's College London.
"Sinceramente, tengo una larga carrera y nunca he visto un grupo de pacientes con la sangre tan pegajosa", reflexiona en la revista Inside Health.
Estos efectos en todo el cuerpo podrían deberse a la puerta celular por la que el virus entra para infectar nuestras células, llamada el receptor ACE2. Este se encuentra en todo el organismo, incluyendo los vasos sanguíneos, los riñones, el hígado y los pulmones.
El virus puede causar una inflamación galopante en algunos pacientes, haciendo que el sistema inmunológico se active de manera exagerada, con consecuencias perjudiciales para el resto del cuerpo.
Y somos más obesos de lo que deberíamos ser
Covid es peor si eres obeso, ya que una cintura generosa aumenta el riesgo de necesitar cuidados intensivos o, incluso, morir.
Esto es inusual.
"Su muy fuerte vinculación con la obesidad es algo que no hemos visto en otras infecciones virales. Con otras afecciones pulmonares, a las personas obesas a menudo tiene una mejor evolución", afirma el profesor Sir Stephen O'Rahilly, de la Universidad de Cambridge.
"Parece bastante específico [para Covid], algo que probablemente ocurre también en la gripe pandémica, pero no en la común".
La grasa que se deposita por el cuerpo, en órganos como el hígado, causa una alteración metabólica que parece combinar mal con el coronavirus.
Los pacientes obesos son más propensos a tener niveles más altos de inflamación en el cuerpo y proteínas que pueden llevar a la coagulación.
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