Un día de 1890, salió de la República de Bolivia la momia de una niña inca con rumbo a un museo en Estados Unidos. Varios años después, esta niña momia fue repatriada al Estado Plurinacional para encontrar un nuevo hogar en el Museo Nacional de Arqueología (Munarq).
Enterrada hace aproximadamente 68 decenios, esta niña de 8 años fue rebautizada con el nombre de Saphi (raíz) en una ceremonia desarrollada en predios del Munarq, a la que asistieron Sabina Orellana, ministra de Culturas, Descolonización y Despatriarcalización; David Choquehuanca, vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia; y Luis Arce Catacora, presidente de la nación, entre otros.
Celebrada en el marco del Día Internacional de los Pueblos Indígenas del Mundo, la ceremonia contó con el ritual de "sutiyaqi" (nombramiento) de estos restos arqueológicos y las varias autoridades presentes aprovecharon para reiterar la importancia de este logro del Estado Plurinacional.
"Lo más importante para una persona es nunca olvidarse de dónde venimos. Sentirnos absolutamente orgullosos de todo ese pasado cultural que es la rica identidad que tenemos por nuestros pueblos indígenas aquí en nuestro país", dijo Arce Catacora.
"Hoy, en Bolivia, estamos diciendo al mundo que una vez más nos estamos reencontrando con nuestras raíces", señaló Orellana.
"Vamos a celebrar y cuidar (a Saphi). Es obligación de cuidar nuestras raíces culturales. Pueblo que no protege, valora y siente orgullo de su raíz cultural, está predestinado a percer y desaparecer", dijo Choquehuanca. El vicepresidente también explico que la importancia de este ritual de nombramiento es el de recuperar la armonía entre los pueblos bolivianos.
"Volveremos al camino de la paz, del respeto, de la noble integración, hermano", dijo el vicepresidente.
LAS RAÍCES DE SAPHI
Un ajuar de textiles, cerámicas, plumas y otros objetos varios acompañaban a la niña cuando fue enterrado. Estos objetos y el notable estado de conservación de esta momia cuentan la historia de una niña enterrada en el periodo intermedio tardío y el incario, entre los años 1.150 D.C – 1532 D.C.
En vida pudo haber sido parte de la cultura pacajes o del reino aymara, mismo que ocupaba parte del sur del lago Titicaca, y que por el siglo XV vivían bajo dominio inca.
Su importancia para el patrimonio arqueológico boliviano, al ser de las pocas momias que se mantienen completas, es vital. Por lo mismo, en 2018 el profesor de antropología de la Universidad Estatal de Michigan, Bill Lobys, cuando encontró los restos de la niña momia bien escondidos en los depósitos de esta entidad, contactó al Munarq para coordinar su retorno al país.
Después de varios estudios entre Estados Unidos y Bolivia, los restos de la niña momia fueron repatriados a Bolivia el 6 de agosto de 2019. Ahora su nuevo custodio del ministerio de Culturas y, de hoy en adelante, podrá ser visitada en el museo nacional de arqueología en la calle Tiahuanacu.
Mientras tanto, las investigaciones sobre la historia de Saphi continuarán, así como el esfuerzo de repatriar otras piezas importantes de la historia arqueológica y cultural boliviana, según prometieron las autoridades en sus discursos.
Autoridades nacionales celebran el retorno de una niña momia inca a sus raíces bolivianas
Fue rebautizada con el nombre de 'Saphi' (raíz) en un ritual de 'sutiyaqi' (nombramiento) al que asistieron el presidente y vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia.
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