Iván Arias y Ministra de Culturas se enfrascan en una discusión por la estatua de Cristóbal Colón

La estatua de Cristóbal Colón, ubicada en El Prado de la ciudad de La Paz, y que días atrás sufrió un atentado fue el centro de discusión entre el alcalde paceño Iván Arias y la ministra de Culturas, Descolonización y Despatriarcalización, Sabina Orellana.

La ministra afirmó ayer que pudo deberse a una "reacción natural de nuestros pueblos" en contra de quienes, en su criterio, en el pasado le hicieron daño a los pueblos indígenas. En ese marco sugirió que pueda ser cambiada por líderes históricos del país.
El burgomaestre paceño cuestionó la propuesta y afirmó que la historia "no se borra con un monumento" sino a través del "perdón y mirar hacia el presente". En ese marco, sugirió, en tono irónico, que Orellana se deba cambiar el apellido.
"Tendría que quitarse su apellido (la ministra) porque Orellana, puede ser más Gamarra u Olañeta que a Quispe, es absurdo, ¿nove? (el cambio de apellido), absurdo. Yo vengo de donde vengo, mi madre era una campesina orgullosa pero siempre me decía que vaya adelante", afirmó.
En entrevista con ERBOL radio, la aludida dijo que no entrará en discusión sobre su apellido y cuestionó que Arias, cuando estuvo en el gobierno de Jeanine Añez, se destruyó una estatua del expresidente Evo Morales en enero de 2020.
"Las estatuas que han oprimido al pueblo de Bolivia, que han robado la riqueza de nuestro país, que mataron a nuestra gente están todavía, se respeta, en este caso, la polémica que se está armando por la nariz de Cristóbal Colón, no como lo hicieron al expresidente Evo Morales, en su totalidad, con un combo", afirmó.
En su criterio, en el futuro, las calles y monumentos deberían ser adecuados a la realidad del país aunque se pueden conservar otras que si formaron parte de la historia de Bolivia como Simón Bolívar y Antonio José de Sucre, por ejemplo.
Arias insistió que lo que ocurrió con la plaza de Cristóbal Colón fue "vandalismo" que solo tiene como objetivo dañar a la ciudad.
"Otras ciudades cuidan su patrimonio, cuidan sus momentos, sus plazas, aquí inauguramos una plaza y nos roban los vidrios, o sea, qué nos pasa, que no cuidamos lo nuestro ¿porqué siempre tenemos que ser una ciudad de que este fea?", añadió.
Orellana aseguró que desde su despacho no se busca cambiar algún monumento de la ciudad, sino que se debería adecuar, "dependiendo de la demanda y la necesidad de la población".