The Intercept: Exministro López buscó a mercenarios para impedir la posesión de Arce en noviembre de 2020

La revista electrónica publicó un reportaje en el cual, mediante grabaciones filtradas, documentos, correos electrónicos, indica que López hizo gestiones para que mercenarios de Estados Unidos provoquen zozobra en el país, con apoyo de militares y policías.

La revista electrónica The Intercept apuntó a Luis Fernando López, ministro de Defensa en el gobierno transitorio de Jeanine Áñez y prófugo de la justicia, de haber hecho gestiones para que mercenarios de Estados Unidos intervengan en Bolivia para impedir la posesión de Luis Arce tras su victoria electoral con el 55,10% en octubre del año pasado.

Las "pruebas" son grabaciones de llamadas, correos electrónicos, documentos y entrevistas a las cuales accedió este medio dirigido por el periodista estadounidense Glenn Greenwald y que saltó a la fama por sus revelaciones sobre el programa de vigilancia de la NSA de Estados Unidos, con el exanalista Edward Snowden como fuente.

Según la publicación de este jueves, "en una de las grabaciones filtradas, una persona identificada como el ministro de Defensa boliviano dijo que estaba 'trabajando para evitar la aniquilación del país'. Las Fuerzas Armadas y el pueblo tenían que 'levantarse', agregó, 'y bloquear una administración de Arce… Las próximas 72 horas son cruciales'".

Firmada por Laurence Blair y Ryan Grim, la nota añade que "los desacuerdos entre ministros y divisiones dentro de las Fuerzas Armadas, tensos por el peso de la contundente victoria de Arce el 18 de octubre de 2020, parecen haber socavado el plan. Nunca se ejecutó, y varios altos funcionarios del gobierno saliente huyeron de Bolivia o fueron arrestados".

The Intercept afirma que este complot fue confirmado por dos fuentes militares estadounidenses, "que los comandos de Operaciones Especiales para los que trabajan se habían enterado del complot golpista en Bolivia. Pero nunca salió nada de eso… Una fuente de operaciones especiales agregó: 'Hasta donde yo sé, nadie los tomó en serio'".

Una de las grabaciones filtradas, de 15 minutos de duración, por la cual se identificó a López, según la revista, devela su contacto con Joe Pereira, exadministrador civil del Ejército de Estados Unidos que en ese momento tenía su base en Bolivia y estuvo detenidos en una cárcel de territorio boliviano por una acusación de fraude.

El texto de los correos, señala el portal de investigación, lo describen como organizador principal de la misión con mercenarios. "Dos de las personas incluidas en los correos electrónicos confirmaron a The Intercept que los correos electrónicos son auténticos y que Pereira es el organizador principal". Su voz fue reconocida por varias fuentes.

"Las referencias a la victoria de Arce en las elecciones indican que la convocatoria se realizó después del 18 de octubre, y parece que se hizo antes del 5 de noviembre, cuando López huyó de Bolivia al vecino Brasil, tres días antes de la toma de posesión de Arce". Las investigaciones policiales apuntan a que López huyó con su colega Arturo Murillo.

"Los armamentos y otros equipos militares obviamente son muy importantes para reforzar lo que estamos haciendo", se escucha en la grabación atribuida a López. "El Alto Mando militar ya está en conversaciones preliminares", agrega, "la lucha, el grito de guerra, es que (el MAS) quieren reemplazar a las Fuerzas Armadas y policías bolivianos por milicias, cubanos y venezolanos. Ese es el punto clave".

Y sigue que "ellos (la Policía y las Fuerzas Armadas) van a permitir que Bolivia se levante de nuevo y bloquee una administración de Arce. Esa es la realidad". Según The Intercept, "sugiere además que el comandante de las Fuerzas Armadas 'ya' está reflexionando sobre un golpe de Estado preventivo y será quien 'inicie la operación militar'".

En la conversación, el exministro garantiza a su interlocutor el apoyo interno de militares. "Les garantizo que el 95, 98% son súper patriotas y no quieren desaparecer… Llevo 11 meses trabajando para que las Fuerzas Armadas tengan dignidad, moral, sean probas y piensen en la patria por encima de todo. Te garantizo que esto no fallará".

Mediante un traductor, siempre según la publicación, Pereira indica que "las tropas serán recolectadas 'de tal manera como si fueran contratistas privados, sin representación del Estado estadounidense. 'Vamos a poner todas esas personas bajo contratos fantasma para empresas bolivianas que ya operan en el país'".

Y da un número de los mercenarios que puede reclutar. "Puedo conseguir hasta 10.000 hombres sin problema. No creo que necesitemos 10.000. Todas las fuerzas especiales. También puedo traer alrededor de 350 de lo que llamamos LEP, Profesionales de la Aplicación de la Ley, para guiar a la Policía… Conmigo (en Bolivia) tengo una plantilla de personal que puede manejar varios trabajos diferentes… Si hay algo más que necesito, los haré volar como encubiertos, como si fueran fotógrafos, pastores, médicos, turistas".

El director del Programa de Supervisión de la Defensa en la Oficina de Washington para América Latina, Adam Isaacson, indicó a The Intercept que "si la operación boliviana de corta duración fuera financiada por el gobierno de Estados Unidos, o disfrutara de su 'aprobación tácita o explícita', mostraría cuán profundo se habría adentrado en 'territorio de vaqueros imprudentes' la política de la administración Trump en América Latina".