El envío de vacunas a México puede ser "el gesto más significativo" de Biden hacia América Latina


Además de los apuntes de rigor en sus etiquetas, los 2,5 millones de dosis de vacunas anticovid-19 que Estados Unidos planea enviar a México llevarán un mensaje político implícito: Washington vuelve a cooperar al sur del continente.

El anuncio de la Casa Blanca de que prevé compartir esas vacunas de AstraZeneca con México y otros 1,5 millones de dosis con Canadá es uno de los primeros pasos del presidente Joe Biden en la "diplomacia de las vacunas".

Biden ya había señalado su intención de distribuir en "el resto del mundo" el excedente de dosis que tenga su país y ahora comienza con los dos vecinos con los que comparte frontera.

Esto ocurre en momentos en que EE.UU. busca la ayuda de México para controlar el flujo de migrantes hacia el norte.

En este contexto, el envío de las vacunas estadounidenses al sur de la frontera es visto por expertos como un guiño en particular a México y en general a Latinoamérica, donde el coronavirus hace estragos y faltan dosis para contenerlo.

"Esto es algo que refleja el deseo de fortalecer alianzas que se debilitaron en los últimos años y mostrar que EE.UU. está dispuesto a cooperar en un tema donde hay mayor necesidad en América Latina", señala Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano, un centro de análisis regional en Washington.

"En ese aspecto, es el gesto y la decisión más significativa hasta ahora (del gobierno de Biden) respecto a América Latina. Pero es un paso que debería convertirse en una política más seria, extendiéndolo al resto del continente", le dice Shifter a BBC Mundo.

"Un favor"
Tanto EE.UU. como México evitaron este jueves presentar el acuerdo por las vacunas como una transacción.

Esto supone de por sí una diferencia respecto al expresidente estadounidense Donald Trump, quien exigió públicamente a México y países centroamericanos pactos migratorios a cambio de comercio o ayuda económica.

El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, sostuvo en Twitter que el acuerdo con EE.UU. "sería el inicio de una amplia cooperación en vacunas".

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, negó por su lado que el envío de las vacunas esté relacionado con la situación migratoria, pero admitió que ambos asuntos están sobre la mesa bilateral en simultáneo.

"Rara vez hay un solo tema que se esté discutiendo con cualquier país al mismo tiempo", dijo Psaki en conferencia de prensa. "Ciertamente, ese no es el caso de México".

Biden también ha buscado enterrar la política migratoria de Trump, al suspender acuerdos de cooperación con Guatemala, Honduras y El Salvador, comenzar a procesar las solicitudes de asilo en EE.UU. de miles que aguardaban en México y parar la construcción de un muro fronterizo.

Pero al mismo tiempo Washington ha solicitado la ayuda de México para intentar cortar un creciente flujo de migrantes hacia el norte, que amenaza con desatar una crisis fronteriza.

Este asunto estuvo presente en una videoconferencia que Biden mantuvo este mes con su par mexicano Andrés Manuel López Obrador, quien a su vez planteó la necesidad de obtener vacunas anticovid en su país.

Los especialistas creen que el envío de los 2,5 millones dosis de AstraZeneca puede llevar a México a cooperar más con EE.UU. en migración.

"No estamos exigiendo que México nos dé algo a cambio. Pero creo que está implícito", dice Alan McPherson, un experto en relaciones de EE.UU. con América Latina que dirige el Centro para el estudio de la fuerza y la diplomacia en la Universidad de Temple.

"Sería perfectamente comprensible si México viera esto como un favor de EE.UU. queriendo algo a cambio. Por ejemplo, una acción para reducir el número de migrantes que llegan a la frontera", dice McPherson a BBC Mundo.

Este mismo jueves, citando la necesidad de "prevenir la propagación de covid-19", México anunció restricciones al tránsito terrestre para actividades no esenciales en sus fronteras norte y sur.

La medida, que en principio durará desde este viernes hasta el 19 de abril e incluirá un "control sanitario" fronterizo, puede de hecho contribuir a cortar el tránsito migratorio.

¿Y el resto de la región?
Por ahora se desconoce si el gobierno de Biden planea enviar vacunas a otros países de América Latina.

Con más de un cuarto de las muertes por covid-19 en todo el mundo, pese a tener sólo el 8% de la población global, la región ha sido especialmente golpeada por la pandemia.

En los últimos meses China y Rusia le han sacado una ventaja considerable a EE.UU. en Latinoamérica en el uso de sus vacunas con fines diplomáticos.

Pero las dosis siguen escaseando en la región, las campañas de vacunación avanzan con lentitud y los reclamos de vacunas aumentan.

El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva sugirió a Biden el miércoles que envíe dosis a su país, el segundo del mundo con más muertes por coronavirus y donde ocurre un colapso histórico de los servicios de salud.

"Nosotros sabemos que EE.UU. tiene vacunas que no está usando", dijo Lula en una entrevista con la cadena CNN. "Esas vacunas podrían ser, quien sabe, donadas a Brasil o a otros países más pobres que no pueden comprar".

En algunos países sudamericanos han comenzado a escucharse incluso cuestionamientos a la atención que Washington le presta a la región.

"Cuando nos preguntamos qué puede hacer EE.UU. por el Mercosur, bueno, primero que nada escucharnos, porque hasta hoy pareciera que el único que nos escucha es China", dijo el canciller de Uruguay, Francisco Bustillo, durante una conferencia virtual organizada por el centro de análisis Atlantic Council en Washington.

Uruguay es uno de los países latinoamericanos que tiene a China como principal proveedor de vacunas.

Sin embargo, el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, aseguró en una reciente entrevista con la BBC que su país está decidido a ser "un líder internacional en vacunación".

En este sentido, Biden enfrenta el desafío de atender la demanda internacional de dosis y al mismo tiempo seguir acelerando la vacunación de estadounidenses que según la Casa Blanca es su máxima prioridad.

A diferencia de EE.UU., Canadá y México ya autorizaron la vacuna de AstraZeneca, lo cual ha facilitado el envío.

Pero algunos ven esto como el posible primer capítulo de una estrategia regional de Washington.

"Podríamos predecir que EE.UU. intentará hacer esto con otros países latinoamericanos", dice McPherson.

"Sería una diplomacia inteligente de alguna manera, porque por un lado, podrías recibir algo a cambio y, por otro, es bueno para el sistema internacional que haya más personas en el hemisferio y el mundo vacunadas".

Shifter advierte que EE.UU. debe evitar "aplicar criterios políticos" para el reparto de vacunas en América Latina, donde a su juicio China le está "ganando" la carrera a Washington en la lucha contra la pandemia.

"EE.UU. tiene que mostrar que cuando habla de cooperación no es pura retórica, que hay acciones atrás", señala.

"Esto (el envío de vacunas a México y Canadá) es importante, pero más allá de eso tiene que haber un plan a nivel hemisférico".