Ecuador celebra este domingo elecciones generales polarizadas entre una derecha conservadora aglutinada y una izquierda dispersa, en medio de una crisis económica agudizada por la pandemia y con el correísmo decidido a retomar el poder.
Unos 13,1 millones de electores votarán para designar al sucesor del impopular presidente Lenín Moreno, que no pretende la reelección.
"Reitero que el 24 de mayo entregaremos el poder a quien los ecuatorianos elijan para el próximo período» de cuatro años, dijo el martes el mandatario.
Entre el récord de 16 candidatos aparecen como favoritos el economista de izquierda Andrés Arauz, quien cumplió 36 años el sábado, y el exbanquero de derecha Guillermo Lasso, de 65. Cuentan con 32% y 21% de la intención de voto, respectivamente, según la más reciente encuesta de Market.
Pero analistas y sondeos, cuya publicación está prohibida desde 10 diez días en Ecuador, anticipan una segunda vuelta, prevista para el 11 de abril.
La «dispersión de partidos y movimientos en la papeleta presidencial refleja instituciones débiles, maquinarias electorales que se activan únicamente cuando hay elecciones, donde no hay estructuras fuertes», dijo a la AFP la politóloga Karen Garzón Sherdek, de la Universidad Internacional SEK.
Arauz, de la coalición Unión por la Esperanza (Unes), es el delfín del polémico exmandatario socialista Rafael Correa (2007-2017), exaliado de Moreno. Ambos líderes sostienen una pugna que casi sepulta al oficialismo.
Para las elecciones, el tercer favorito según las encuestas podría traer una sorpresa. Se trata del abogado Yaku Pérez, que representa al movimiento indígena y está alineado con la izquierda opuesta al correísmo.
Pobreza, desempleo y corrupción
Del partido indígena Pachakutik, Pérez, de 51 años y con 12% en el sondeo de Market, podría dirimir el balotaje.
«Es un cuadro con discurso renovado», indicó a la AFP la consultora política Wendy Reyes sobre el dirigente aborigen, que encabeza una férrea lucha contra la minería y en defensa del agua, por lo que se enfrentó con Correa.
Garzón Sherdek agregó que «aunque se está avizorando la tendencia del correísmo y el anticorreísmo, existe un porcentaje importante del electorado que busca otra cosa. La gente considera que Ecuador debe hacer frente a otras problemáticas» como la pobreza (25%), desempleo (8,59%) y la corrupción, que ha salpicado al correísmo.
Un exvicepresidente y otros cercanos excolaboradores de Correa están en prisión por corrupción.
Para que se obtener la presidencia en primera vuelta este domingo, se necesita la mitad más uno de los votos válidos, o al menos un 40% con una diferencia de 10 puntos por encima de su rival más cercano.
El país, de 17,4 millones de habitantes, afronta una crisis acentuada por la caída del precio del petróleo, su principal producto de exportación, mientras ha duplicado su deuda externa, que representa 44% del PIB.
Los comicios también designarán a los 137 miembros de la Asamblea Nacional, pero debido a la fragmentación de las fuerzas políticas no se espera que haya una mayoría partidista.
«Sea quien sea que gane, va a tener un mandato débil» y tendrá que «buscar consensos» en el unicameral Congreso, dijo a la AFP el politólogo Esteban Nichols, de la Universidad Andina Simón Bolívar.
Agotamiento político
En los resultados de este domingo podrían influir la apatía y la indecisión, cuyos niveles eran altos en vísperas del comicio, indicó a la AFP el director de Market, Blasco Peñaherrera.
Ello obedece principalmente al «miedo a las aglomeraciones», principal vector de contagio del COVID-19, que deja más de 257.000 casos y de 15.000 muertos en el país.
La abstención «favorece al correísmo», subrayó Peñaherrera.
La contienda será observada por 260 delegados de organismos internacionales como la OEA y la Unión Europea.
Correa, quien vive en Bélgica desde 2017, pretendió ser candidato a la vice en binomio con Arauz, pero afronta orden de prisión al ser condenado en 2020 a ocho años de cárcel por corrupción.
Lasso, del movimiento Creando Oportunidades (Creo) y quien encabeza el anticorreísmo, cuenta con el apoyo del Partido Social Cristiano, al que Correa no pudo destronar del puerto de Guayaquil (suroeste), núcleo comercial ecuatoriano y fortín de la derecha.
Para el analista político David Chávez, de la estatal Universidad Central de Quito, esa alianza denota el «terrible agotamiento político en el que está la derecha».
En el balotaje de 2017, Moreno (exvicepresidente de Correa entre 2007 y 2013) ganó con apenas dos puntos porcentuales sobre Lasso, quien aspira por tercera vez el cargo.
Entre los candidatos de este domingo figura Ximena Peña, la única mujer que aspira a la primera magistratura y que representa al debilitado oficialismo. La gran mayoría de los postulantes a reemplazar a Moreno está por debajo de 4% de la intención de voto.
Ecuador vota entre una derecha aglutinada y una izquierda dividida
Unos 13,1 millones de electores votarán para designar al sucesor del impopular presidente Lenín Moreno, que no pretende la reelección.
❮
❯