El año pasado, apenas había concluido la cuarentena rígida una mujer trans fue apuñalada múltiples veces en un intento de asesinato por uno de sus clientes, pues se dedica al trabajo sexual comercial, hace menos de diez días dos homosexuales fueron brutalmente golpeados por dos hombres, dejando a uno de ellos con grave riesgo de perder un ojo.
Los crímenes de odio son los ataques violentos hacia personas, motivados por prejuicios sobre su pertenencia a un determinado grupo social, sea por su edad, sexo, identidad de género, religión, raza, etnia, nivel socioeconómico, nacionalidad, ideología, afiliación política, discapacidad, orientación sexual o identidad genérica. En el caso de los ataques que sufren las personas de diversidades sexuales y genéricas, que nos ocupan, están motivados por "prejuicios, hostilidad u odio hacia personas o grupos que transgreden o no se encuadran dentro de las expectativas sociales y normas de género".
En los últimos años más de 80 asesinatos que podrían ser tipificados como crímenes de odio se han producido en Bolivia. De acuerdo al informe del Observatorio de Personas Trans Asesinadas (TMM por sus siglas en inglés), sólo en 2020 se han producido 350 asesinatos de personas trans en el mundo, 95% de las cuales eran trans femeninas. En Bolivia entre 2008 y 2020, 20 personas trans fueron asesinadas, la mayoría de los casos permanecen impunes y sólo uno obtuvo sentencia de 30 años, al haber sido tipificado como feminicidio.
Pocos países en nuestra región han logrado incluir los delitos o crímenes de odio en sus códigos penales, Uruguay refiere a las acciones que incitan al odio por orientación sexual, y México lo incluyó en las normas del Distrito Federal, siendo el segundo país de la región con mayor cantidad de ataques a personas de la comunidad LGBTIQ, después de Brasil. En Bolivia, la homofobia y la discriminación están reconocidos como delitos y los crímenes de odio se incluyeron en el Código del Sistema Penal que estuvo vigente brevemente y que posteriormente fue abrogado.
En sociedades como la nuestra, vemos cómo la violencia está normalizada, no sólo contra las mujeres y niñas, sino contra cualquier expresión que se rebele ante la norma establecida, particularmente la heteronormatividad, así la intolerancia se expresa en actitudes violentas y discriminatorias contra l@s diferentes. La diversidad, la pluralidad el reconocimiento de las diferencias son manifestaciones de riqueza de una sociedad y son condiciones básicas para la convivencia social, que nos faltan desarrollar.
Monica Novillo es Comunicadora Social
Crimenes de Odio, contra la diversidad
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