Pilar Quintana, premio Alfaguara 2021: «La maternidad no es el último fin de la mujer»

La escritora colombiana se lleva el galardón por su novela "Los abismos", en la cual reflexiona sobre la familia y el ser madre a través de los ojos de una niña. El libro será publicado el 25 de marzo.

La escritora colombiana Pilar Quintana (Cali, 1972) fue galardonada la pasada semana con el Premio Alfaguara de novela 2021, uno de los principales galardones literarios otorgados a una obra inédita de habla hispana. El obra "Los abismos", que resaltó de entre más de 2.400 manuscritos, explora la maternidad y la vida familiar a través de los ojos de Claudia, una niña que crece en la década de los 80.

Cuando faltan dos meses para que el libro vea la luz, Quintana comparte con Página Siete sus reflexiones sobre la maternidad, la literatura y sobre lo que representa este premio.

¿Qué significa para usted recibir el Premio Alfaguara?

Todavía no puedo creer que yo me lo haya ganado. Todavía sigo pensando: "¿Pasó de verdad?". Porque creo que es un logro inmenso.

Yo recuerdo que cuando recién había publicado mi primera novela, Laura Restrepo se ganó el Premio Alfaguara. Y recuerdo cómo vi esa noticia y cómo me parecía increíble y maravilloso que una mujer escritora colombiana se lo hubiera ganado. Me parecía un sueño que algún día me llegara a pasar, pero me parecía muy lejano y muy imposible. Y aquí estamos.

¿Cómo describiría su novela "Los abismos"?

"Los abismos" trata de la relación de una niña con su mamá. Creo que es un libro sobre la pérdida de inocencia.

Creo que los niños tienden a pensar que sus madres existen para ellos y que una madre es solo madre. En "Los abismos" asistimos al momento en el que una niña se da cuenta que su mamá es un individuo, que su mamá no existe sólo para ella, que tiene una vida independiente.


Surge por una reflexión que yo quería hacer sobre las relaciones entre hijos y madres, de las mujeres de mi generación. Yo creo que la mía fue una de las primeras generaciones de mujeres que pudimos elegir.

Siempre nos dicen que es importante la familia y ser madre, pero en mi generación casi todas fuimos a la universidad y teníamos la posibilidad de ser profesionales y tener una carrera o elegir no ser madres. Teníamos la posibilidad de divorciarnos porque no dependíamos económicamente de los maridos. Algo que la generación de mi madre no pudo hacer.

Y recuerdo, que cuando yo cumplí 16 años, mi mamá tenía 38 y ella empezó a trabajar a esa edad. Yo creo que a muchas de las mujeres a esa edad les empezó a pasar que al ver a sus hijos adolescentes, ya crecidos, dijeron: "Y ahora ¿yo qué hago?".

Usted es madre, ¿eso impactó de alguna manera en este libro?

Yo creo que sí, pero creo también que este libro está escrito desde el punto de vista de la hija. Pero, sin embargo, el ser madre me ha dado la perspectiva para entender la maternidad.

Recuerdo que mi mamá me decía, cuando peleábamos o lo que sea: "Es que no me entiendes porque tú no eres madre". Y era verdad. Algunas cosas las entiendo más ahora siendo madre.

Entonces creo que la maternidad me dio cierta perspectiva que antes no tenía.

¿De dónde surge el nombre de "Los abismos"?

La novela explora los abismos geográficos que hay en las montañas de Cali, que es la ciudad donde yo nací. Hay unas montañas cerca de Cali donde algunas familias de la ciudad tienen casas de recreo y la carretera está llena de curvas con unos abismos tremendos. Entonces, el abismo como lugar geográfico está presente en la novela.


Pero también creo que habla de los abismos familiares. Creo que muchas veces los problemas de las familias no los hablamos directamente, pero están ahí, y al no hablarlos hay un abismo tremendo.

La historia transcurre en los años 80. ¿Cree que ha cambiado la percepción de la maternidad en los últimos años?

Yo creo que sí, creo que ahorita estamos hablando de cosas que estaba vedado hablar.

Uno habla con la madre, o con la tía o con la abuela y ellas hablan de la maternidad como si fuera la cosa más maravillosa del mundo, como que es el destino ideal de la mujer, es la realización de la mujer. Y uno siente que hay cosas que no se están diciendo.

Después de que una se convierte en madre, piensa: "Hubo cosas que no me dijiste y que sí me hubiera gustado que me dijeras". Porque la maternidad es maravillosa, amamos a los hijos y es un lugar maravilloso, pero también tiene oscuridad y es difícil. Y la maternidad no es el último fin de la mujer y ser madre no es la única satisfacción posible de la mujer.

Y a veces, aún la maternidad deseada, es difícil. Y yo creo que ahora estamos hablando de eso y ya no está vedado. O tal vez sí sigue siendo vedado porque sigue siendo mal visto que hablemos de eso, pero creo que hay una literatura que está poniendo el tema sobre la mesa y que está permitiendo que se abra el debate y se está permitiendo que salgan esas voces que antes estaban prohibidas. La literatura ha permitido que esas voces salgan y se oigan.


Yo creo que no podemos hablar de la maternidad como si fuera un estado ideal. Debemos hablar de ella de manera realista. Y hablar de verdad de cómo se asume y cómo se vive la maternidad.

A mí me hubiera gustado tener una visión más realista de la maternidad. Que mi madre, mis tías y mis abuelas hubieran podido ser más honestas y verdaderas cuando hablaran de ella.

El libro se publica cuando el debate sobre la maternidad deseada se ha reavivado en la región por la legalización del aborto en Argentina. ¿Cómo describiría la libertad de elección actual en Latinoamérica?

Yo creo que este debate es muy importante. Yo soy feminista y creo que es muy importante que lo hablemos y tengamos la discusión sobre el aborto, sobre las maternidades deseadas y sobre maternidades no deseadas.

Será porque creo que la maternidad no debe ser nunca un castigo, sino siempre deseada y creo que la mujer debe ser dueña de su cuerpo y poder elegir sobre su cuerpo. Es una autonomía que debe tener el ser humano.