El encarcelado exministro de Gobierno Arturo Murillo y la exministra de Comunicación Roxana Lizárraga, ambos de la administración transitoria de Jeanine Áñez se enfrascaron en un cruce de acusaciones públicas.
Todo empezó con una entrevista que Lizárraga, refugiada en Estados Unidos luego de pasar por Perú, concedió a la red Erbol, en la que, entre varias acusaciones, habló del control que ejercía Murillo en el gobierno de Áñez, como si hubiera sido el verdadero Jefe de Estado.
Murillo, condenado en Estados Unidos por conspiración para lavar dinero de sobornos en el caso gases lacrimógenos respondió a través de un texto publicado en su cuenta en X asegurando que "Roxana Lizárraga miente".
"No por estar preso permitiré que nadie, mucho menos gente descalificada como Lizárraga, mienta sobre mí. Seguramente su íntimo amigo le dictaba todo lo que dijo en la oreja mientras la entrevistaron", afirmó el exministro
Lizárraga utilizó también la red social X para replicar a Murillo y calificó de "machista y desagradable" la reacción del hombre fuerte del gobierno transitorio (2019-2020), al señalar que a las mujeres en política les "dictan todo al oído".
La exministra insistió en que Murillo se creía "el presidente" y que en esa condición "ensució" la gestión de Áñez hasta "arruinarla". Pero, "hay un Dios que todo lo ve y yo confío en él", enfatizó.
Viajes de Lizárraga a Miami
El primero de seis puntos del post de Murillo en X señala que Lizárraga "jamás renunció" a su cargo.
En realidad, "se le pidió su renuncia por realizar más de seis viajes a Miami con recursos del Estado a visitar, sin permiso de la Presidencia, a su íntimo amigo, quien trataba de dar órdenes en nuestro gobierno, el mismo que fue patrocinador de Lizárraga", afirmó.
Se trata de Carlos Sánchez Berzaín, exministro de Gonzalo Sánchez de Lozada, quien salió de Boivia en octubre de 2003, cuando Goni renunció a la presidencia debido a la denominada guerra del gas que dejó más de 60 muertos en Bolilvia. Sánchez de Lozada y Sánchez Berzaín se fueron a Estados Unidos.
Lizárraga negó los viajes a Estados Unidos con dineros públicos. "Yo sí puedo decir que nunca utilicé un centavo de los bolivianos para fines personales. Menos que les robé como (lo hiciste) tú", dijo dirigiéndose a Murillo.
En la entrevista radial, Lizárraga acusó a Murillo de "montar" un proceso judicial en contra de Jerjes Justiniano, para que salga del gobierno de Áñez, cuando ocupaba el cargo de ministro de la Presidencia. Justiniano también se encuentra en Estados Unidos ante la situación política del actual gobierno, según dijo tras su salida de Bolivia.
Murillo aseguró que "la acusación de un caso montado contra Justiniano es totalmente falsa".
"Él fue sustituido porque se creía el presidente, hacía lo que quería sin informar a la presidenta (de entonces Áñez) y, además, ni siquiera le contestaba el teléfono", afirmó Murillo.
Lanchipa y la ignorancia atrevida
Siempre en la entrevista con la red Erbol, la exministra de Comunicación indicó que el fiscal general Juan Lanchipa (elegido en el régimen de Evo Morales) "se puso al servicio de Gobierno transitorio" y que por eso se quedó en sus funciones durante la administración de Áñez.
"¿Lizárraga no sabe que al fiscal general se lo elige por 2/3 en la Asamblea? ¿Tampoco sabe que para destituirlo se necesita un juicio de responsabilidades, además de 2/3 en la Asamblea? Su ignorancia es atrevida", cuestionó Murillo.
Lizárraga indicó en la red social X que Lanchipa y Murillo "son la misma cosa", es decir, "dos personajes siniestros", y que por eso son "amigos".
Nuevamente en la entrevista radial, Lizárraga dijo que consiguió celulares con conversaciones de exministros de Morales como el polémico Juan Ramón Quintana y cuyo contenido, según ella, demostraba el "fraude electoral" de 2019.
Pero, según agregó, Añez ordenó entregar esos celulares a Murillo, quien luego aseguró que no había nada relevante.
Murillo confirmó esa versión. "Los celulares que menciona, sí los entregó, no tenían nada que podría servir para abrir un caso contra Evo Morales o Quintana", sostuvo.
Murillo aprovechó su respuesta a Lizárraga para intentar justificar su encarcelamiento en Estados Unidos.
"Estoy pagando por un error cometido por un bien mayor, que en su momento lo explicaré con toda claridad y transparencia. No estoy orgulloso de esto, ya pedí disculpas, pero jamás me callarán", remarcó.
Pero "no cumples una condena por un bien mayor. Cumples una condena por delincuente en un país que tiene la justicia independiente. Sabes que todo lo que dices es falso. Ni la cárcel te hace reflexionar. No son errores, los que cometiste son delitos", le respondió Lizárraga.
Lizárraga y Murillo ventilan trapos sucios transitorios en duelo de acusaciones
❮
❯