Del Castillo revela que policías estaban listos para disparar cuando Arce y Zúñiga se enfrentaron en el Palacio

Indicó que hay datos que muestran que el entonces comandante del Ejército infiltró al personal de seguridad de Arce, del Regimiento de Infantería 1 Colorados de Bolivia Escolta Presidencial.

En una conferencia de prensa, el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, dio los avances de las investigaciones a una semana del asalto militar de la plaza Murillo, que el Gobierno cataloga como un "golpe de Estado fallido". Reveló que ese miércoles 26 de junio, cuando el general Juan José Zúñiga entró al Palacio Quemado y fue abordado por el presidente Luis Arce, había un contingente de policías listo para disparar si las cosas se salían de control.
La autoridad hizo un recorrido de lo sucedido en esa tensa jornada. Indicó que hay datos que demuestran que el entonces comandante del Ejército infiltró al personal de seguridad de Arce, del Regimiento de Infantería 1 Colorados de Bolivia Escolta Presidencial. "Era gente de Inteligencia que le informaba todo lo del Presidente a Zúñiga". Por ello, Del Castillo indicó que se encuentra detenido el comandante del Regimiento Colorados, Roberto Argondoña.
El miércoles 26 de junio, Zúñiga irrumpió en la plaza Murillo, con efectivos armados, vehículos blindados y tanquetas. En una conferencia en puertas del Palacio Quemado, anunció su intención de "tomar" la Casa Grande del Pueblo de la ciudad de La Paz. Al ingresar al Palacio de Gobierno, fue abordado Arce, ante quien se insubordinó. Pero todo no pasó a mayores y el entonces comandante abandonó la plaza y a las 19.02 fue aprehendido por la Policía.
"Si en ese momento Zúñiga se animaba a detener a Arce, este grupo iba a reaccionar. Es más, cuando fui a la plaza Murillo, la Policía me dijo que todo estaba listo para defender la democracia. Pero el Presidente me ordenó que no haya despliegue, que si la Policía se desplegaba a edificios iba a pasar algo peor que en 2003, y que se debía evitar a toda cosa víctimas humanas". Y también había la amenaza de que si se ordenaba detener a Zúñiga, se produzca un "fuego cruzado" con la avanzada militar que ya estaba en el Palacio.