La implementación de políticas de sustitución de importaciones y la reformulación de ciclos de aprovechamiento de materias primas con valor agregado son aspectos esenciales de los procesos que tienen lugar en Bolivia. Además, el sector hidrocarburífero está experimentando procesos de optimización en sus actividades productivas, exploratorias, de inversión y control, contribuyendo al modelo económico que prioriza el mercado interno y apoya el desarrollo del aparato productivo y la población en general. Estas acciones concretas ejemplifican el funcionamiento del modelo económico, respaldado por indicadores alentadores como la baja inflación, que en el primer trimestre fue del 0,74%, demostrando la eficacia y el propósito del modelo, similar a la resiliencia que se observa en el sector hidrocarburífero boliviano.
Para describir esto, es importante señalar que las acciones limitadas de las administraciones anteriores dejaron al sector con numerosas incógnitas, que están siendo abordadas con medidas concretas, como el control de los hidrocarburos. Los Decretos Supremos (DS) 4910 y 4911, promulgados por el Gobierno nacional para combatir el contrabando de combustibles, permiten que sectores productivos como la agricultura, la minería y el transporte accedan a mayores volúmenes de combustible a precios nacionales, lo que a su vez permite al Estado ahorrar en subvenciones.
Es relevante destacar el plan de exploraciones agresivo implementado en Bolivia, el cual se lleva a cabo a una escala sin precedentes en más de 30 años y se caracteriza por ser un proceso democrático y participativo. Este plan abarca todo el territorio nacional, incluyendo la perforación de pozos en zonas tradicionales para estabilizar la producción de gas, así como la exploración de nuevas cuencas como el Subandino Norte y Madre de Dios, áreas consideradas no tradicionales.
En 2021, se lanzó el Plan de Reactivación del Upstream en hidrocarburos con el objetivo de atraer inversiones para la exploración y explotación de recursos petroleros. Según YPFB, se destinarán $us 1.411 millones para estas actividades durante el periodo 2021 – 2025. Durante la presente gestión, se espera que YPFB invierta $us 324 millones en proyectos y actividades de prospección exploratoria. Del total de 32 proyectos contemplados en el plan, 16 están en ejecución, 9 ya han sido concluidos, 3 están en etapa de elaboración y proceso de aprobación, mientras que 3 cuentan con aprobación y 1 se encuentra en estado de fuerza mayor.
El Plan de Reactivación del Upstream tiene como objetivo a corto plazo estabilizar la producción de gas en 30 millones de metros cúbicos día (MMmcd) para satisfacer la demanda del mercado interno y mantener los mercados de exportación. La ejecución de este plan de exploración brinda certidumbre a la población y asegura la demanda interna, proyectada en un nivel de 15 millones de metros cúbicos día (MMmcd).
En el área tradicional del Subandino Sur, que abarca los departamentos de Chuquisaca, Santa Cruz, Tarija y Cochabamba, se identifican oportunidades para descubrir hidrocarburos. Por esta razón, el Plan del Upstream contempla la perforación de pozos planificados y evaluados por YPFB desde fines de 2020. Con el fin de reponer reservas hidrocarburíferas y aumentar la producción, YPFB está desarrollando nuevos pozos, como Iñau-X3 y Yapucaiti-X1 en Chuquisaca; Bermejo-X46 en Tarija y Yarará-X2 en Santa Cruz.
Estas acciones están destinadas a revertir la disminución de la producción. Además, los campos operados por YPFB representan el 80% de la producción de líquidos a nivel nacional, tras la transferencia operativa de las áreas Surubí y Mamoré I, ubicadas en el municipio de Entre Ríos, Cochabamba. La estatal petrolera también tiene como meta aumentar la producción de petróleo a 15.000 barriles por día para el próximo año.
Entre las medidas que impulsan los procesos de inversión buscando reducciones de costos, este año Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) proyecta la importación de 1,6 millones de barriles de crudo a través de ocho buques que llegarán a la terminal portuaria de Arica, Chile, utilizando la compañía Botrading SA, creada por YPFB Transporte para disminuir los costos de importación y reducir la subvención a los combustibles.
El primer buque, proveniente de Argentina, ya desembarcó en la terminal marítima Sica Sica, con un volumen contratado de 150.000 barriles. Se espera reducir en $240 millones la subvención a los combustibles, lo que representa un ahorro significativo para el Estado y permite una mayor producción de diésel, gasolina, GLP y otros subproductos en YPFB Refinación.
Este proceso de refinación en Bolivia no solo ahorra divisas al país, sino que también mejora la eficiencia de las refinerías de YPFB, marcando un hito histórico importante para la empresa y el país en su conjunto. La actual administración de YPFB se ha centrado en reducir los costos por importación de combustibles, ante la creciente demanda del mercado y la disminución en la oferta de crudo nacional.
Y por último, las inversiones realizadas por el Estado en las plantas de Biodiesel marcan el ingreso a la era de los combustibles naturales y sostenibles, iniciando nuevos ciclos productivos. La puesta en marcha de las plantas de producción de biodiésel de YPFB en Santa Cruz y La Paz tendrá un impacto directo en la reducción progresiva de las importaciones de diésel a partir del presente año.
La autoridad anunció que para marzo de este año se prevé concluir la Planta de Biodiésel I en Santa Cruz, que producirá 1.500 barriles de diésel por día, equivalente a 238.500 litros diarios, 7,2 millones de litros al mes y más de 86 millones de litros al año. Además, se prevé que la Planta de Biodiésel II, a instalarse en El Alto, esté operativa para finales de este año, generando una producción adicional de 1.500 barriles diarios.
Entre ambas plantas, se producirán 3.000 barriles de diésel por día, una cantidad considerable que representará una reducción sustancial en las importaciones anuales de diésel por parte del Estado. Luego, a fines de 2025, entrará en operación la planta de diésel renovable, también conocida como HVO, que producirá 9.000 barriles por día. En conjunto, las inversiones proyectadas superan los $us 400 millones.
El biodiésel, producido por YPFB, generará beneficios adicionales, ya que no solo promete ventajas económicas, sino también sociales y ambientales. Al impulsar la producción local de biodiésel, se allana el camino para disminuir la dependencia de importaciones y los subsidios estatales al diésel convencional.
Este proyecto no solo se limita a la producción de biodiésel, sino que también fomentará el desarrollo de la agricultura local al incentivar la producción de diversas oleaginosas. La obtención de aceite vegetal a partir de estas materias primas fortalecerá la cadena de suministro de la planta de biodiésel y generará oportunidades económicas en el sector agroindustrial.
La diversificación de cultivos oleaginosos abrirá nuevas puertas para los agricultores locales, quienes podrán diversificar sus actividades y obtener ingresos adicionales. Este enfoque integral contribuirá al crecimiento económico, redundará en la creación de empleo y fortalecerá las actividades de las comunidades agrícolas.
Procesos de reformulación y optimización en el sector energético de Bolivia
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