La carrera presidencial de 2025 tiene su primera precandidata. Se trata de Amparo Ballivián Valdes, reconocida economista boliviana, quien se desempeñó como líder en el Banco Mundial y fue autoridad del área económica en la primera administración del expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada y en el gobierno democrático de Hugo Banzer. Ballivián oficializó su presentación como precandidata a los comicios generales del próximo año con un artículo de opinión publicado por Datápolis.bo y otros medios de comunicación en el que argumenta su decisión.
«Me presento como pre-candidata a las elecciones presidenciales de 2025», titula el texto de Ballivián que propone a los otros precandidatos surgidos hasta el momento acordar un método de elección de una «candidatura única» desde las oposiciones con una lista única de candidatos a parlamentarios, anuncia la presentación de un documento titulado «Propuesta Alternativa» sobre la gradual extinción de la democracia y la crítica situación de la economía boliviana.
Además, adelanta la presentación de 50 documentos cortos y concretos para superar los problemas del país en los ámbitos económico, social, medio-ambiental, judicial, de equidad de género y de relaciones internacionales, entre otros. El conjunto de esos documentos se denominarán "50 soluciones para empezar bien el Tricentenario". A continuación el artículo de opinión de Amparo Ballivián Valdes en el que se presenta como precandidata a la Presidencia de Bolivia en los comicios del próximo año.
«Me presento como pre-candidata a las elecciones presidenciales de 2025
Un fantasma recorre Bolivia. Es el fantasma de la muerte de la democracia. Porque, si el MAS gana las elecciones de 2025, significará la cancelación de la democracia. No nos hagamos ilusiones. Si ello ocurre, las "elecciones" de 2030 serán como en Venezuela, Cuba o Nicaragua: con candidato, partido y lista únicos.
La ironía es que para mantener a la democracia pluralista con vida, en momentos como el que atravesamos es indispensable que haya una candidatura única de oposición y una sola lista de candidatos a parlamentarios de la oposición, esta sí, pluralista. Estamos en la crisis definitiva, y la situación requiere unidad. No ir unidos significará la derrota definitiva y una noche política de décadas. Por eso, no me declaro candidata aún. Seré candidata cuando me inscriba como tal en el TSE. Pero sólo lo haré si todos los pre-candidatos nos ponemos de acuerdo en un método para elegir al candidato único y nos comprometemos a respetar los resultados de ese método. Pues sería incongruente que, declarando mi candidatura, contribuya a fragmentar aún más el voto opositor, cuando estoy proponiendo una candidatura única de la oposición.
No le pido a los demás pre-candidatos que renuncien a sus pre-candidaturas. Hacerlo sería ingenuo. Sólo les pido que nos pongamos de acuerdo en un método para elegir al candidato único. El que gane tendrá mi apoyo. Incondicional. No pediré ser candidata a senadora, ni a diputada, ni a ministra, ni ningún otro cargo. Pero, si yo gano, esperaré de ellos lo mismo.
La candidatura única de la oposición no es una idea nueva, ni tiene el apoyo unánime entre los estudiosos de la política y de la democracia. He hablado con muchos de ellos y algunos, a quienes respeto mucho, creen que eso no sucederá. Pero creo que en esta ocasión histórica y definitiva existe la posibilidad de hacerse realidad, por tres motivos.
Primero, ya hay dos antecedentes, el año pasado, en dos países latinoamericanos. En Venezuela, los aspirantes acordaron el método de las primarias para elegir a un candidato único opositor y salió elegida María Corina Machado. En México, los partidos opositores acordaron elegir a un único candidato utilizando el método de encuestas. Así resultó elegida Xóchitl Gálvez. En nuestro país, otros pre-candidatos pueden tener otras ideas acerca del método. Discutámoslo.
El segundo motivo es que algunos empresarios bolivianos están contribuyendo a un fondo único, que entregarán al resultante candidato único de la oposición. Es un gran incentivo para consensuar el método de selección del candidato único y someternos al mismo.
El tercer motivo es que el electorado opositor —en general— quiere que haya un candidato único, porque necesita, sabe, intuye que es la única manera de ganarle al MAS. Yo le pido a todos los electores no masistas, que no apoyen a ningún pre-candidato opositor que no esté dispuesto a sentarse con sus adversarios opositores y acordar un método de selección del candidato único.
Si esto fuera un campeonato de fútbol, ir a las elecciones de 2025 sin un método de selección del candidato único, sería como si todos quisieran llegar directamente a la final sin pasar por las eliminatorias. Así, no funcionará. Perderemos todos y ganará el MAS. El pre-candidato que se rehúse a pasar por la etapa previa de elegir a un candidato único le hará el gran favor al MAS y no se merece el voto —ni siquiera dividido— de la oposición.
Por el contrario, si la oposición logra consensuar un método y elegir un candidato único, es altamente probable que ese candidato o, en mi caso, candidata, gane las elecciones en primera vuelta y que tenga un apoyo mayoritario en el Congreso, quizá cercano incluso a los dos tercios.
En los próximos días presentaré un breve documento titulado "Propuesta Alternativa". En él presento las propuestas para resolver las dos principales amenazas a nuestro futuro como país y como sociedad libre: la gradual extinción de la democracia y la crítica situación de la economía boliviana. En las siguientes semanas y meses, presentaré "50 soluciones para empezar bien el Tricentenario". Serán 50 documentos, cada uno de un máximo de dos a tres páginas. Serán específicos en enumerar los problemas y las soluciones propuestas para superarlos, en los ámbitos económico, social, medio-ambiental, judicial, de equidad de género, de relaciones internacionales y otros. Cada uno elaborado por o junto con expertos en cada área.
Bolivia enfrenta hoy muchos, grandes y complejos problemas. Pero estoy convencida de que todos tienen solución si logramos tener un gobierno que deje de priorizar lo ideológico y se ponga a trabajar, en forma pragmática, en solucionar los problemas que más les interesa a los bolivianos: el ingreso, el empleo estable, una educación y salud de calidad, y tantos otros, que han sido abandonados.»
Amparo Ballivián, precandidata a las elecciones de 2025
❮
❯