QUO VADIS GARIBAY


Caminos de tierra rojiza rodean Kaptagat, a 25 kilometros de Eldoret,valle del Rift, en Kenya. Es el centro de entrenamiento de una leyenda viviente. El campamento no muestra lujos, pero tiene lo necesario para el entrenamiento de Eliud Kipchoge y sus compañeros. Kaptagat es casi un campamento espartano donde los atletas comparten cuartos, se lavan la ropa y la tienden al sol y hacen cola a la puerta del masajista. Allí prevalece la austeridad y sencillez preferidas por el bicampeón olímpico y plusmarquista del maratón. Alli, el gran Eliud vive ocho meses al año sin lujos occidentales y cumpliendo escrupulosamente su turno de limpiar, por ejemplo, los baños, además de otros quehaceres. Asi son las reglas y el primero en cumplirlas dando ejemplo es el famoso maratonista keniano.
Lejos de alli, en Paris, un hombre comienza un peligroso aburguesamiento, que podría llevarlo al éxito o al fracaso. Héctor Garibay está ahora en manos de un tal Javier Avila, su representante, que le habría ofrecido "…ser un rey, no vas a caminar más en la pobreza. Vas a tener hoteles cinco estrellas, autos, comida, todo pagado…".
En un primer vistazo, todo parece bueno, al menos para un hombre sencillo que trabajaba de taxista y que se sacrifico mucho entrenando para sorprendernos ganando el Maratón de Buenos Aires en 2021 con crono de 2h 11m 58s. virtualmente haciendo añicos el tiempo que habia hecho Rodrigo Camacho en Weftland, Holanda en el, ya lejano, 1984 con 2h17m59s. Y nos volvió a llenar de asombro ganando el Maratón de Ciudad de México. Y, entre ambas carreras, logrando su pasaje para Paris 2024 en Sevilla con un magnifico 2h. 07m 44s. (nuevo record boliviano).
PERO… Nos preguntamos cómo se contacto el tal Javier Avila con Garibay. Lo cierto es que logro convencerlo para que dejara a su entrenadora. Y el maratonista, obnubilado por las promesas y el dinero ingresa en el terreno de la deslealtad hacia quien lo descubrió y le guió. La actitud es chocante para mucha gente que expresa su decepción en las redes sociales. Héctor parece no saber que la lealtad es algo sagrado en el ser humano y parece haber sucumbido a la charlataneria de un representante que,obviamente, no está a su lado de manera desinteresada. El corredor debería mantener la característica de su entrenamiento en Bolivia. Lo logrado hasta ahora muestra que la altitud del altiplano orureño ha sido de gran ayuda para convertirlo en fondista de élite. ¿Qué promesas y planes podra ofrecerle un hombre que tiene más experiencia futbolera y, que quizás, no distingue entre un vallista y un fondista ?. PIES SOBRE LA TIERRA Deberia, a la vez, nuestro estimado Héctor, mantener un bajo perfil para llegar a Paris 2024 sin mayores aspavientos y sin hablar mucho. Es vital tener los pies sobre la tierra, puesto que la competencia de los 42 kilometros será una batalla de ritmos infernales entre grandes maratonistas. Kenenisa Bekele, el etiope y , quizás el mejor fondista de todos los tiempos quiere estar en Paris. Eliud Kipchoge , bicampeón olímpico quiere su tercera medalla en Paris. El último aparecido, el "salvaje" keniano Kelvin Kiptum, nuevo recordista mundial, después de ganar tres maratones sucesivas (Valencia, Londres y Chicago) también busca el oro olímpico. Por cierto confiamos en que Héctor Garibay cumplirá gran papel en esta maratón. Su tiempo es de élite y, aunque los tiempos de los arriba nombrados son brutales, toda maratón es una historia aparte. Todo podría ocurrir ese dia: lesiones, clima, ambiente, desconcentración, deshidratación, etc., por lo que la incertidumbre es lo único cierto en éste momento. Serán 100 maratonistas olímpicos, si nuestro Héctor llega entre los primeros 10, será la gloria. La pregunta es : ¿las nuevas comodidades y lujos, permitiran incrementar el rendimiento del orureño?. El refinamiento y el olvido a los orígenes no siempre devienen en éxito y Javier Avila, que no lo sabe, parece ser un vendehumo cuando enfatiza aquello del "hotel cinco estrellas" y "la pista para él solito" y "los autos" . Por una actuación descollante de nuestro compatriota, ojalá resulte. Si no, tendremos que aprender mucho del campamento Kaptagat. (*) Comunicador Social