La anunciada candidatura de Evo Morales explica bien la empantanada elección de magistrados. Por eso, Arce Catacora, el candidato no anunciado del gobierno, impedirá el comicio judicial, porque no tiene parlamentarios suficientes para seleccionar postulantes, ni votos para elegirlos. Evo cree tener ambas cosas y por ello se ha vuelto «justiciero»; no solo quiere elecciones judiciales sino también «reforma»…!!!
A ninguno, en verdad, le interesa la justicia. Lo que está en juego es una sigla y una candidatura. Y eso no lo definirá ni Lauca Ñ, ni un cabildo. Eso, después del Tribunal Supremo Electoral, lo decidirá el Tribunal Constitucional; sí, ese mismo que después del fraude, la sublevación y la fuga, avaló a Jeanine, y que hoy milita en filas del arcismo.
A fin de año o antes sabremos si el vacío judicial será «llenado» por la prorroga o por la designación transitoria, pero la decisión será solo para mantener el copamiento judicial y, sobre todo, para controlar a los «jueces constitucionales».
La oposición se contentó apenas con un proyecto de ley mal hecho en el Senado que, sin garantizar mejores elecciones judiciales, le aseguraba varios postulantes y, tal vez, uno que otro magistrado electo. Todos olvidaron la Reforma Judicial. Los unos porque, a dentelladas, están disputando la titularidad de un cascarón vacío, y los otros porque no atinan a formular un proyecto alternativo que debería abanderarse de una propuesta de justicia verdadera.
El MAS está agotado; el autoritarismo, la corrupción, el extractivismo y el populismo han vaciado sus contenidos iniciales; es una cáscara que solo contiene la disputa menuda por el poder, las candidaturas y la billetera. Y la oposición sigue sin norte, encerrada, unos en Chonchocoro, otros en sus círculos íntimos, y los más en su fobia antimasista.
Los ciudadanos queremos recuperar las esperanzas, tener certidumbre y democracia plena, vislumbrar un futuro mejor ahora, el 2025 y después.
Va quedando claro que hay que promover otras y nuevas alternativas que nos saquen del pantano populista autoritario, pero que no nos retornen al fango liberal oligárquico. Ese también será el camino para retomar y plasmar con fuerza el cambio radical de la justicia y cómo no, de los magistrados.
Juan Del Granado es político y jurista independiente.
El presente artículo de opinión es de responsabilidad del autor y no representa necesariamente la línea editorial de "La Ventana"
Nuevas alternativas, nuevos magistrados
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