En una entrevista en las calles quiteñas, una ciudadana expresó con picardía que "nos toca ir enmascarados a tomarnos las urnas". Y así mismo será, pues con la previsión de estrictas medidas de bioseguridad, el próximo 7 de febrero, con la posibilidad de balotaje el 11 de abril, más de 13 millones de ecuatorianos se tomarán los recintos electorales para elegir presidente, vicepresidente, 137 asambleístas y 5 representantes al Parlamento Andino.
Ecuador se encamina a las urnas sumido en una situación de crisis por el impacto del coronavirus, que afecta a más de 200 mil personas con más de 14 mil fallecidos y el estereotipo trágico de los muertos en las calles de Guayaquil mostrados al mundo en la primera arremetida de la pandemia. También su economía está afectada por el arrastre de una deuda significativa, estrecheces fiscales y un decrecimiento posible del PIB en 9% según la CEPAL. Adicionalmente, en el ámbito político, el Informe Confidencial del Instituto de Investigaciones Sociales y Opinión Pública muestra que a fines del 2020 la población consideraba que la situación en el país estaba peor que el año anterior y sólo el 3% expresa confianza en la Asamblea Nacional.
En la contienda electoral participan 16 fuerzas políticas, replicando un estado de fragmentación que ha ganado las estructuras de relacionamiento en los diversos países del continente. Cinco organizaciones se ubican en el hemisferio izquierdo del espectro electoral, tres de ellas son desprendimientos de Alianza País, partido con el que gobernó el ex presidente Rafael Correa (Centro Democrático, Democracia Sí y Alianza País), además del movimiento indígena Pachakutik y el tradicional partido Izquierda Democrática. Siete organizaciones se disputan el centro: Amigo, SUMA, Construye, Sociedad Patriótica, Ecuatoriano Unido, Unión Ecuatoriana y Fuerza Ecuador. Y cuatro hacen parte de la derecha (Concertación) y extrema derecha (Avanza, CREO y Juntos Podemos) ligada a grupos de poder económico.
Una encuesta realizada por Atlasintel a finales de diciembre 2020, muestra tendencias que establecen un primer nivel de preferencia claramente concentrado en dos candidaturas: Centro Democrático (izquierda) con el 34,4% y CREO (extrema derecha) con el 26,7%. Esta organización está encabezada por el banquero Guillermo Lasso, que ya en las anteriores elecciones obligó a una disputada segunda vuelta. Por su parte, Centro Democrático, que postula a Andrés Aráuz, es la agrupación sustentada por el ex presidente Correa. En un segundo escalón con el 8,2% se ubica el líder indígena Yaku Pérez Guartambel del movimiento Pachakutik. Un tercer nivel lo conforman Xavier Hérvas de la Izquierda Democrática con el 3.1%; Ximena Peña de Alianza País con el 1,6% y César Montúfar de Concertación con el 1.0%. Las otras fuerzas muy difícilmente podrán conseguir parlamentarios y corren el riesgo de perder sus siglas.
Siguiendo esta encuesta, el 11,9% responde que no saben, o que no votarán o lo harán en blanco. En su conjunto, las agrupaciones de izquierda suman el 46.1%; el centro acumula un 5,8% y la derecha el 36,3% y sumando porcentajes de estas dos últimas alcanzarían un 42,1%, por lo que en las estrategias se hace prioritaria la búsqueda del voto entre los que no lo decidieron.
Anticipando un próximo análisis de sus propuestas, recuperamos los eslóganes, que son expresivos de la variedad de apuestas de las principales organizaciones. Centro Democrático plantea "¡Recuperemos el Futuro!" en clara alusión a la proyección de las políticas desarrolladas en las pasadas gestiones presidenciales de Rafael Correa. CREO propone "Capacidad para cambiar", con una campaña basada en los exitosos emprendimientos de su candidato. Pachakuti plantea "Viene lo Nuevo. Viene lo Bueno", visibilizando el sentido del Sumak Kausay. Izquierda Democrática en alusión a su renovación generacional dice "¡Atrévete somos gente nueva!". Alianza País sugiere "Vuelve la dignidad". Y Concertación propone "Honestidad ¡para hacer más!" por su énfasis en la lucha contra la corrupción.
Así como van las tendencias, en un contexto en el que las ciudadanías están privilegiando cambios en el presente y la situación está requiriendo acuerdos políticos, es previsible que si ganara CREO, con Guillermo Lasso, los cambios profundizarían ortodoxamente las vigentes políticas fondomonetaristas, a las que el presidente Moreno intentó darles un toque social. Y si ganara Centro Democrático, con Andrés Aráuz, los cambios reencaminarían las vías del Socialismo del Siglo XXI.
Adalid Contreras Baspineiro es Sociólogo y Comunicólogo
Ecuador se encamina a las urnas
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