El expresidente Evo Morales le bajó el tono a las protestas anunciadas por la facción evista de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB) contra la elección de Lucio Quispe como ejecutivo de la organización.

"Comprendo que a veces las bases nos rebasan, pero no es el mejor momento para este tipo de protestas debido a la frágil situación de la economía", reflexionó ayer el exmandatario en Twitter.
La semana pasada, un grupo de dirigentes afines a Ponciano Santos —que se atribuye el cargo de nuevo secretario ejecutivo de la CSUTCB— anunció un bloqueo indefinido a partir del 4 de septiembre, en protesta por la elección de Quispe y en reivindicación de Santos en las funciones.
"(…) Se instruye de manera disciplinada organizarse a todas nuestras estructuras sindicales, medida de hecho que obedece a la necesidad de cumplir una nueva agenda política y social", señala parte del documento del sector.

contactó anoche con Santos, quien confirmó la movilización de la siguiente semana. Sin embargo, alegó que se encontraba en una reunión y colgó la llamada cuando se le pidió su criterio sobre las declaraciones de Morales.

CSUTCB
El domingo 20 de agosto terminó el congreso de la CSUTCB —en el coliseo Héroes de Octubre de El Alto— que eligió a Quispe en medio de fuertes tensiones, resguardo policial y silletazos, incluso cortes de energía eléctrica y presunta gasificación que fue denunciada por los contrarios.
El mismo día, el presidente Luis Arce congratuló al dirigente, del que dijo que fue "elegido en consenso". "La unidad es la principal fortaleza de nuestras organizaciones sociales", afirmó.
Sin embargo, Morales, a su vez jefe del Movimiento Al Socialismo (MAS) y presidente de las Seis Federaciones, reivindicó la elección de Santos, organizada afuera de la sede del congreso, "pese a las prebendas oficialistas, manipulaciones políticas e incluso apagones, gasificaciones y graves atentados contra su vida e integridad por parte de policías y grupos de choque movilizados por el gobierno".
Pero el presídium del congreso validó la elección de Quispe y, en consecuencia, éste se posesionó el miércoles de la sede de la organización en La Paz, que Santos y sus compañeros intentaron tomar el mismo domingo, incluso con la conminatoria de hacerlo dentro de las 72 horas siguientes.
El miércoles, el otrora secretario ejecutivo de la CSUTCB Eber Rojas entregó el mando y las oficinas a Quispe. "El campesinado está atrasado, hay que fortalecer esta organización sindical orgánicamente. Los nueve departamentos tenemos que estar unidos", afirmó el nuevo ejecutivo.
Ayer, Morales reclamó cordura a la dirigencia movilizada. "Exhortamos a nuestros hermanos a buscar la unidad sin ninguna ingerencia (sic) ni intervención gubernamental", escribió.
"El movimiento campesino es la reserva moral de los pueblos indígenas y siempre cuida el bienestar de los más humildes", dijo.
No obstante, consideró que el bloqueo anunciado "ha sido provocado por la represión, gasificación e intentos de división de agentes del divisionismo".
Disputas. Las disputas políticas no son exclusivas de la CSUTCB. Semanas antes, la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Bartolina Sisa y la Confederación Sindical de Comunidades Interculturales Originarias de Bolivia (CSCIOB) sufrieron también dirigencias paralelas.
Las tres organizaciones sociales, además de la Central Obrera Boliviana (COB) y la Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente, Chaco y Amazonia de Bolivia (CIDOB), forman parte del Pacto de Unidad, que sostiene a los gobiernos del MAS.