Los caminos del Mercosur


Miradas apresuradas han reducido los análisis sobre la LXII Cumbre de Presidentes del MERCOSUR a dos hechos: la postergación de la firma de un acuerdo de asociación con la Unión Europea, que se negocia desde hace cerca de un cuarto de siglo, y la resistencia del presidente Luis Lacalle Pou, del Uruguay, para rubricar el Comunicado Conjunto.
Si bien estos hechos acontecieron, es necesario analizarlos en sus procesos y en su contexto, además de mostrar los otros temas que no entraron en la agenda mediática a pesar de su importancia estratégica. Empecemos afirmando que analizar sistemas de integración supone siempre un doble ejercicio. Por una parte, reconocer su carácter integral, multitemático, que avanza, se detiene o retrocede en una combinación de dinámicas internas y condiciones externas. Y, por otra parte, la comprensión de todo proceso integracionista en su horizonte, que conlleva en sus caminos ineludibles tensiones, cuya resolución construye comunalidades ladrillo sobre ladrillo, forjando acuerdos que tienen su argamasa en la voluntad política por la unidad.
Para entender los caminos de Mercosur, es importante recordar que es la quinta economía del mundo y que genera cerca de la mitad de las exportaciones latinoamericanas y del Caribe al mundo y recibe el 40% de las importaciones. Así mismo, exporta el 56% de manufacturas y absorbe el 48% de las importaciones dentro del continente, espacio estratégico para sus propósitos integracionistas. Y las relaciones al interior del Mercosur se caracterizan por la diversificación, densidad y alto contenido tecnológico que frena la tendencia hacia la primarización de la exportación, característica de las venas abiertas de nuestra región.
Considerando el marco descrito, es posible afirmar que un primer grupo de resoluciones de la LXII Cumbre del Mercosur se refiere a los emprendimientos para la modernización del ámbito comercial, con mayor claridad en la definición de un arancel externo común y la revisión del régimen de origen, que especifica los requisitos y procedimientos para determinar cuándo un producto es considerado como originario del bloque y, por tanto, gozar de tratamiento preferencial, lo que incluye la eliminación de los aranceles que gravan el comercio intrarregional. A estas dos medidas acompañan otras, que las enumeramos: acuerdos en defensa de la competencia y del consumidor, mejora tecnológica de su sistema de estadística de comercio exterior, mejor articulación entre el sector público y privado dinamizando la participación empresarial, definición del sello del buen diseño para acompañar la innovación y la inserción en los mercados internacionales de las pequeñas y medianas empresas del bloque, desarrollo del comercio electrónico y mayor interconexión eléctrica e integración gasífera para los procesos de transición energética.
Un segundo grupo de resoluciones se refiere a la profundización de la política social subregional y de superación de las asimetrías entre los países miembros, destacando el hecho que FOCEM (Fondo para la Convergencia Estructural del Mercosur) se beneficia con el pago de cuotas que habían sido incumplidas durante la gestión presidencial de Jair Bolsonaro. Este hecho, más allá de su valor financiero, contiene la significación del rol de "hegemon benévolo" que juega Brasil. En la misma dimensión, es relevante la definición del fortalecimiento de la institucionalidad regional con políticas que se guían por una perspectiva de derechos humanos, enfoque clave para las relaciones integracionistas de nuestra época.
En cuanto a las políticas sociales, que consolidan el carácter integral de la propuesta de integración de Mercosur, destaca el estímulo a la investigación y comunicación de la ciencia mediante los premios de Ciencia y Tecnología y de Divulgación y Periodismo Científico. En el campo de la salud el desarrollo del programa "Fronteras Saludables", así como el fortalecimiento de las capacidades nacionales y regionales para la producción de insumos, medicamentos y otras tecnologías sanitarias esenciales, en estrecha coordinación con la OMS para la prevención, preparación y respuesta frente a pandemias y el cambio climático. Sobre este tema, los presidentes reafirmaron su decisión de continuar avanzando en la definición de mecanismos de financiamiento justo, así como la implementación de políticas alineadas con los diferentes tratados internacionales.
Un tercer grupo de resoluciones se refiere al relacionamiento internacional y la agenda externa, que la Cumbre Mercosur la define ambiciosa y pragmática, priorizando los escenarios de negociación que ofrezcan posibilidades para profundizar su inserción en las cadenas inter-regionales, atraer inversiones, aumentar sus exportaciones y generar empleo de calidad en un mundo multipolar en transformación. Para ello, los Presidentes renovaron el compromiso del Mercosur con el fortalecimiento de la democracia, el estado de derecho y el respeto a los derechos humanos, y resaltaron la importancia de la agenda económica, comercial, social y cultural del bloque para el beneficio de sus ciudadanas y ciudadanos.
En este marco se entienden decisiones como alentar la pronta suscripción de acuerdos con Singapur y EFTA (Islandia, Noruega, Liechtenstein y Suiza), la modernización del régimen de origen del acuerdo de complementación económica con Chile, el establecimiento del régimen de solución de controversias y la actualización de la nomenclatura del acuerdo comercial con Colombia, la negociación de acuerdos comerciales con el Salvador y la República Dominicana, la revisión del TLC con Israel, la búsqueda de diálogo con los Emiratos Árabes Unidos, los contactos e intercambios con Canadá e Indonesia y los intercambios de estadísticas con Vietnam.
A pesar de la voluntad por avanzar en la concreción del acuerdo de asociación con la Unión Europea, se optó por seguir analizando las nuevas exigencias relacionadas con la aplicación del Reglamento de la Unión Europea sobre productos libres de deforestación no legítima (EUDR), que contraviene el Acuerdo de Asociación Estratégica firmado el año 2019, porque afectaría las exportaciones agrícolas en zonas que utilizan agroquímicos, en la medida que veta la importación de productos como el aceite de palma, soja, café, cacao, madera, ganado y caucho de áreas de tala ilegal o degradadas, y algunos productos derivados como papel, chocolate, cuero y muebles relacionados con productos que contribuyen a la deforestación.
Para el presidente argentino Alberto Fernández, estas nuevas condiciones representan una visión parcial del desarrollo sostenible, centrándose en una de las dimensiones de la sostenibilidad: la ambiental, dejando de lado la económica y la social. Por su parte, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva sostuvo que la nueva exigencia es inaceptable porque no se puede negociar sobre la base de la amenaza de sanciones, y porque los integrantes del Mercosur no están interesados en acuerdos que los condenen al eterno papel de exportadores de materias primas.
En otra mirada, el presidente Luis Lacalle Pou propuso flexibilizar Mercosur para abrir la puerta a negociaciones comerciales bilaterales con terceros países, superando las restricciones de su reglamento interno, para que se permita la relación directa del Uruguay con la UE y con China, país que ya le respondió que prioriza la negociación en bloque.
El cuarto grupo de resoluciones se relaciona con la voluntad expresada para la adhesión de Bolivia al Mercosur, como un eslabón para la integración suramericana. Como es sabido, esta decisión está en manos del legislativo brasilero. Cuando se salte este escollo, se inaugurará un nuevo proceso integracionista que admita la afiliación de un país a más de un bloque de integración en tanto zonas de libre comercio, y no uniones aduaneras.
Como se puede apreciar, Mercosur recorre importantes caminos, en los que las contradicciones, el debate y la búsqueda de acuerdos hacen parte de la vocación integracionista que articula intereses comunes desde la diversidad de países, cada uno con sus particulares historias y políticas. Por esto las arquitecturas institucionales integracionistas dinamizan, innovan y profundizan procesos, siempre garantizando la unidad y los beneficios de conjunto reconocidos en un ideario común establecido en sus cartas constitutivas.

Adalid Contreras Baspineiro

La Paz, 12 de julio de 2023