"No es la Iglesia, son criminales que están en la Iglesia", sentenció Andrés Einchmann, del colectivo Voces Católicas, en una conversación con La Razón.
Crítico y defensor de la Iglesia Católica a la vez, fustigó los casos de pederastia en el seno de la institución, aunque aclaró que la responsabilidad de los delitos es personal.
Las develaciones del sacerdote jesuita fallecido Alfonso Pedrajas, difundidas el 30 abril por el diario El País, también causan repercusión en la institución y sus allegados no religiosos.
"Hice daño a mucha gente (¿85?), demasiada", reveló el cura fallecido en Bolivia en 2009.
Einchmann hizo un repaso histórico al problema y consideró que "antes de mediados del siglo XX no asoma algo parecido, no porque lo hayan tapado bien". Desafió a revisar bibliografía e incluso películas, que no abordaban estos "defectos de eclesiásticos" antes de ese tiempo.
"En los años 90 nadie podía creer que pudiera ocurrir una monstruosidad de este estilo. Era algo increíble, porque los sacerdotes tenían un aura de virtud, perfección y autoridad", dijo.
En la Iglesia
En su criterio, a finales de los años 90 y principios de los 2000 A finales de los 90 y principios de los 2000, "era demasiado evidente" la denuncia de casos de abusos sexuales en la Iglesia Católica. "Se vio que (el problema) no eran campañas mediáticas de linchamiento de la Iglesia, sino que era real: había abuso de menores. ¡Era de locos!".
Recordó que en 2001, el entonces papa Juan Pablo II instruyó a Joseph Ratzinger —luego sucesor del pontífice— abordar el problema. Ahí surgió el informe Acerca de los delitos más graves (De gravioribus delictis), escrito junto con Tarcisio Bertone.
Dijo que un año más tarde, 2002, el Papa definió que "todos los casos (de abusos sexuales) tienen que ir a la justicia civil; no hay ningún tipo de fuero ni privilegio dentro de la Iglesia".
Afirmó que a partir de entonces se instituyó procesos internos a los que se añadió también penas. Además, protocolos para la prevención del delito y la atención a las víctimas.
Informó que entre 2004 y 2014 llegaron a Roma 3.500 casos de sacerdotes abusadores, de los cuales 878 resultaron expulsados y más de 2.000 "eran ancianos, se los retiró de circulación; no podían tener presencia en ningún lugar con niños y jóvenes".
"Son cifras grandes", observó.
Vivimos "en una sociedad enferma", en la que se abusa de niños y niñas en casa, donde no se puede alegar celibato, opinó.
Sobre esto último, concluyó: "No hay un solo estudio que muestre una vinculación entre el celibato y los abusos sexuales; eso no está dicho".
En alusión a la jerarquía de la Iglesia Católica, que pidió perdón por las víctimas de Pedrajas y se abrió a colaborar en la investigación, Einchmann ironizó con que haya "perdón con cárcel".
Eichmann: Son criminales que 'están en la Iglesia, no es la Iglesia'
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