Exalumnos del Colegio Juan XXIII denuncian encubrimiento de los jesuitas en caso de pederastia y exigen investigación

"Exigimos a la conferencia Episcopal de Bolivia y a las diversas instancias del Estado las investigaciones que amerita el caso para que no quede en la impunidad y para establecer una verdad por justicia con fines de reparación y no repetición", señaló un pronunciamiento emitido en una Asamblea de los ex alumnos del colegio Juan XXIII.

La Asociación de Antiguos Alumnos del Colegio Juan XXIII de Cochabamba condenó "enérgicamente" los hechos de pederastia en ese establecimiento.
La Asociación de Antiguos Alumnos del Colegio Juan XXIII de Cochabamba exigió este martes a la Conferencia Episcopal de Bolivia y al Estado investigar el caso de pederastia cometido por el jesuita Alfonso Pedrajas y aseguró que la Compañía de Jesús tenía pleno conocimiento el caso.
"Exigimos a la conferencia Episcopal de Bolivia y a las diversas instancias del Estado las investigaciones que amerita el caso para que no quede en la impunidad y para establecer una verdad por justicia con fines de reparación y no repetición", señaló un pronunciamiento emitido en una Asamblea de los ex alumnos del colegio Juan XXIII.
La Asociación denunció también el encubrimiento de la Compañía de Jesús que conoció los hechos y expulsó a los estudiantes que lo denunciaron.
"La Compañía de Jesús tenía pleno conocimiento, no solo por las reiteradas confesiones de Pedrajas Moreno a los provinciales catalanes y sacerdotes de dicha institución, sino por las denuncias interpuestas por los estudiantes en diferentes momentos, por lo que en todos los casos fueron expulsados del colegio", señala el texto.
En su pronunciamiento, la Asociación condenó "enérgicamente" los hechos de pederastia en el Colegio Juan XXIII de Villa Granado en Cochabamba, entre 1972 y 1987, cuyo autor confeso es Pedrajas Moreno.
La organización manifestó, además, su solidaridad y apoyo incondicional a los compañeros que fueron víctimas estos hechos.
Los ex alumnos recordaron que el colegio católico fue fundado en 1964 por el sacerdote diocesano André Enrique Coenraest Jacquelott con el objetivo de formar con la máxima excelencia académica y compromiso social a estudiantes con rendimientos sobresalientes de diferentes regiones de Bolivia.
La mañana de este martes, la Compañía de Jesús en Bolivia repudió y se disculpó por los crímenes cometidos por el sacerdote jesuita Alfonso Pedrajas, conocido como el 'Padre Pica' y que confesó haber abusado a decenas de niños en Bolivia - entre 1960 y los 2000-, y anunció que se suspendió a los sacerdotes jesuitas que fueron provinciales durante la época que datan los abusos y a quienes ejercieron posteriormente, con el objetivo de investigar el caso.
En una conferencia de prensa, los representantes de los jesuitas reconocieron que los abusos cometidos han provocado una herida profunda en las víctimas y que "las denuncias no pueden ser ignoradas, aunque el sacerdote involucrado en los hechos haya fallecido".
En ese sentido, la Compañía de Jesús informó que a propósito de las denuncias "ha decidido de manera inmediata suspender de sus actividades pastorales y otras responsabilidades institucionales a los jesuitas que fueron provinciales de la época de la que datan los abusos para realizar una investigación sobre sus actuaciones en el caso", señaló el provincial de la Compañía de Jesús, Bernardo Mercado.
Asimismo, la orden de la Iglesia Católica resolvió suspender de sus actividades a otros jesuitas que ejercieron como provinciales en los años posteriores al fallecimiento del padre Pedrajas para investigar sobre si hubo denuncias públicas no atendidas.
El fin de semana, el periódico El País, de España, publicó un artículo sobre este caso de pederastia que involucra al jesuita español que durante varios años vivió en Bolivia.
Según la mencionada publicación, el sacerdote admitió en un diario que abusó a decenas de niños mientras fue profesor de varios colegios de América Latina, especialmente en uno de Cochabamba.
Asimismo, en su diario relató cómo la orden (al menos siete superiores provinciales y una decena de clérigos bolivianos y españoles) encubrió sus delitos y las denuncias de algunas víctimas.