"A partir del 6 de marzo de 2023, la jornada laboral tanto para el sector público como para el sector privado, en todo el territorio del Estado Plurinacional de Bolivia, será de ocho horas en horario discontinuo", señala el artículo segundo de la mencionada resolución.
La normativa establece también que las empresas y establecimientos laborales del sector privado podrán adecuar sus actividades tanto en el horario de ingreso y salida de sus trabajadores de acuerdo con la naturaleza de sus actividades.
La resolución además establece que los protocolos de bioseguridad en todos los lugares de trabajo deben mantenerse.
Sin embargo, las instituciones y empresas públicas que requieran la aplicación de jornada laboral especial o excepcional, deberán sujetarse a lo establecido por el artículo 2 del Decreto Supremo 29197, del 18 de julio de 2007.
El 13 de enero de 2021, el Gobierno aprobó el Decreto Supremo 4451 y dispuso la jornada laboral continua tanto en el sector público y privado, con el fin de evitar aglomeraciones y por ende la propagación del Covid-19.
Ante la disposición definida desde el Ministerio de Trabajo, las posturas que se expresaron fueron variadas, desde quienes están dispuestos a adecuarse a la medida hasta aquellos que piensan que es un perjuicio debido al embotellamiento que se produce en la ciudad, sobre todo al mediodía.
Algunas personas manifestaron que se precisará una reorganización y planificación de la actividad familiar, porque ya se crearon nuevas costumbres y hábitos.
También se escucharon voces contrarias, como la de los industriales de La Paz, que defendieron el horario continuo, y afirmaron que "el trabajador se vuelve más eficiente".