No es la primera vez que un presidente de hecho restituye la democracia.
Régimen. El presidente de facto Hugo Banzer Suárez convocó a elecciones tras siete años de dictadura.
Antes de Jeanine Áñez, cuatro presidentes de facto cedieron el poder o llamaron a elecciones, presionados por la normalización de la democracia en el país, y otros tres juraron por sucesión constitucional.
El miércoles, la exmandataria, que guarda detención preventiva en el caso Golpe de Estado I y sentencia en el de Golpe de Estado II, cuestionó a sus detractores que la tildan de expresidenta inconstitucional.
"Si yo no fui Presidente, señores y señoras de la Asamblea Legislativa Plurinacional, ustedes son parlamentarios inconstitucionales, lo mismo el presidente inconstitucional @LuchoXBolivia (sic)", reaccionó Áñez.
"Si no fui Presidente, mis actos fueron nulos y todos serán condenados pronto en razón a ello", insistió la exmandataria, que llegó al poder en una sucesión tildada de inconstitucional.
El 12 de noviembre de 2019, dos días después de la renuncia del presidente Evo Morales, la entonces senadora se proclamó mandataria en dos actos sin quorum ni asistencia del oficialismo en la Asamblea Legislativa.
Ante la renuncia verbal de la entonces presidenta de la Cámara de Senadores, Adriana Salvatierra, Áñez se atribuyó la titularidad del órgano camaral en una sesión que no se abrió por falta de quorum.
Acto seguido, en el hemiciclo bicameral, se proclamó sucesora "ipso facto" con el argumento de que había un "vacío de poder" debido a la ausencia de Morales, para entonces asilado en México.
Antes de Áñez, tres presidentes llegaron al poder por sucesión constitucional, en el marco de la Constitución de 1967, y juraron su mandato ante el entonces Congreso Nacional.
Siendo antes vicepresidentes, Jorge Quiroga, sucedió el 6 de agosto de 2001 a Hugo Banzer, obligado a renunciar por un cáncer terminal; y Mesa, el 17 de octubre de 2003, al dimisionario Gonzalo Sánchez de Lozada.
En ocasión del aniversario patrio, entonces, el Congreso Nacional se había reunido en la Casa de la Libertad, en Sucre, la sede donde en 1825 se fundió Bolivia.
El 9 de junio de 2005, el entonces presidente de la Corte Suprema de Justicia, Eduardo Rodríguez Veltzé, sucedió a Mesa, que en un tercer intento consumó su decisión, ante conflictos políticos y sociales.
Debido a la crisis, el Congreso Nacional también se reunió para el acto en la Casa de la Libertad.
Basado en la prelación dispuesta en la Constitución de 1967, el nuevo mandatario asumió el poder luego de que los presidentes de las cámaras de Senadores, Hormando Vaca Díez, y de Diputados, Mario Cossío, renunciaran a la sucesión por un acuerdo político.
Décadas atrás, Banzer había cedido el poder a una incipiente democracia luego de siete años de dictadura y del golpe contra el general Juan José Torres, el 21 de agosto de 1971.
Presionado por conflictos sociales y una huelga de mujeres mineras lideradas por Domitila Chungara, el entonces coronel de Ejército dictó amnistía general, para la participación política y retorno de exiliados, y llamó a elecciones para el 9 de julio de 1978.
Su candidato fue Juan Pereda Asbún, de Unión Nacionalista del Pueblo (UNP), que se atribuyó la victoria electoral con más votos que los inscritos en el padrón; es decir, 5.412 sufragios por de más.
La entonces Corte Nacional Electoral (CNE) anuló las elecciones el 19 de julio y dos días después, descontento por la decisión, Pereda Asbún perpetró un golpe contra su mentor, el coronel Banzer.
El 24 de noviembre de ese mismo año, fue el general David Padilla Arancibia quien derrocó a su antecesor a través de otra asonada golpista. Luego de Banzer, fue el segundo presidente de facto en llamar a elecciones.
En los comicios del 1 de julio de 1979 los resultados fueron divididos entre los candidatos Hernán Siles Zuazo, de Unidad Democrática Popular (UDP), con 35,99% de los votos, y Víctor Paz Estenssoro, del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), con 35,89%.
Sin acuerdo político por la proclamación del nuevo mandatario, el Congreso Nacional decidió encomendar la tarea al senador Wálter Guevara Arze. El 8 de agosto de ese año, Padilla Arancibia le cedió el poder.
Si bien tenía el mandato de llamar a elecciones, el gobierno de Guevara Arze fue interrumpido por otro golpe entre el 31 de octubre y 1 de noviembre, del coronel Alberto Natusch Busch. Éste pudo gobernar solo 16 días.
Devolvió el poder al Congreso Nacional y éste eligió presidenta a la titular de la Cámara de Diputados, Lidia Gueiler, que se convirtió en la primera mandataria de la historia del país. Tuvo la oportunidad de llamar a elecciones generales para el 29 de junio de 1980.
En los comicios, otra vez ganó Siles Zuazo, esta vez con el 38,7% de los votos, frente al 20,1% de Paz Estenssoro y el 16,3% de Banzer, este último de Acción Democrática Nacionalista (ADN).
Gueiler no pudo terminar su mandato el 6 de agosto de ese año ni Siles Zuazo pudo recibirlo, ni instalarse el Congreso Nacional; el general Luis García Meza asestó otro golpe militar el 17 de julio.
La presidenta se había declarado obsesionada por entregar el poder y abrir así el camino de la recuperación definitiva de la democracia.
Acosado por denuncias de corrupción y vinculaciones con el narcotráfico, García Meza fue obligado a renunciar, y las Fuerzas Armadas, con el poder de designar mandatarios, encargó a una junta militar —Celso Torrelio Villa, Waldo Bernal y Óscar Pammo— el gobierno.
Más adelante, el 21 de julio de 1982, otro general, Guido Vildoso Calderón, se hizo cargo del poder, ante la ineficiencia de Torrelio Villa, que había presidido el país en los últimos meses.
El 10 de octubre de 1982, en un solemne acto en el Congreso Nacional, Vildoso Calderón devolvió el poder a Siles Zuazo, ganador de las elecciones de 1980. Éste fue acompañado por el vicepresidente electo, Jaime Paz Zamora.
Supuso entonces la recuperación definitiva de la democracia en el país. Desde entonces, todos los mandatarios fueron investidos en el Congreso Nacional, salvo Áñez, cuya banda presidencial le fue entregada por un jefe militar en una pieza del Palacio Quemado, la noche del 12 de noviembre de 2019.
Expediente histórico: Cuatro expresidentes de facto o cedieron o llamaron a elecciones
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