La final de la Copa del Mundo en Qatar fue de infarto. Argentina ganaba cómodamente, Francia empató en tres minutos. Los argentinos volvieron a ponerse al frente en el marcador y los franceses volvieron a empatar para definir todo en la tanda de penales en la que se impuso Argentina, la nueva tricampeona del mundo.

Comenzó clara, directa, intensa, arrolladora y terminó 120 minutos de fútbol sufriendo. La selección de Argentina jugó una final de infarto en Qatar y este domingo se coronó tricampeona del mundo con goles de Lionel Messi y Ángel Di María, y el arquero Martínez nuevamente agigantado en la definición por penales para que los argentinos sean dueños absolutos del planeta fútbol.

Nadie les regaló nada. lo consiguieron yendo de menos a más y encarando cada partido como una verdadera final.

Anónima, insípida, aturdida, sin hoja de ruta. Así comenzó Francia el partido que debía darle un título consecutivo, después del campeonato de Rusia 2018. Kylian Mbappé hizo soñar a los franceses con dos penales y un golazo en el tiempo reglamentario y en la parte suplementaria.

A los 22 minutos del primer tiempo, tras un penal cometido por Dembelé a Di María, Lionel Messi hizo el primer gol cruzando el remate desde los 12 hacia la izquierda del arquero Lloris, mientras se lanzaba a su derecha. Argentina coronaba un intenso asedio sobre al arco francés, tanto así que en el primer cuarto de hora había inquietado cuatro veces contra una débil llegada de Francia.

Un desconocido equipo francés posibilitó a los 35 minutos, antes del descanso, un rápido contragolpe que capitalizó Alexis Mac Allister, corrió con el balón como si fuera un centro delantero, pasó hacia la izquierda y de un solo toque Ángel Di María, el arma secreta de la albiceleste, batió a Lloris.

Didier Deschamps, quien levantó la copa como jugador y como técnico, no es de guardarse nada en los partidos clave y ordenó un doble cambio en la delantera. Sacó a Giroud y Dembelé e ingresaron Kolo Muaní y Thuram. Los argentinos, con dos goles de ventaja, se multiplicaron en la defensa y colocaron dos muros de cuatro hombres, en el medio campo y la defensa, dejando en el ataque a Messi y Julián Álvarez.

Reanudado el partido, con Argentina presionando con menos intensidad y Francia buscando el camino, en el minuto 64 salió Di María e ingresó Marcos Acuña para reforzar el esquema defensivo que puso a funcionar la Escaloneta y asegurar la ventaja. Deschamps hizo otro doble cambio ofensivo jugándose al todo o nada. Salieron Griezmann y Hernández para que ingresen Koman y Camabinga.
Defendiendo más que atacando, los argentinos se replegaron y en tres minutos, cerca de la finalización del tiempo reglamentario, Mbappé igualó 2 a 2 el marcador, con un penal y un disparo cruzado, eso que que hacen solo los grandes. Desde ese momento todo dependía de la resistencia física y los franceses estaban más frescos.
En la segunda parte del tiempo suplementario, Messi cogió un rebote que dio Lloris a un remate de Lautaro Martínez y consiguió el 3-2. Tres minutos después, Mbappé volvió a batir a Martínez con otro penal bien pateado y todo debía definirse en la tanda de los penales.
Nadie duda que el campeonato mundial de 1978 fue de Mario Kempes, ni de que en 1986 el rey fue Diego Maradona. El título mundial de este año, después de haber sido tan esquivo para Lionel Messi, fue conquistado por el 10 liderando al equipo desde antes de la Copa del Mundo, desde la Copa América jugada en Brasil en 2021.
Solamente ocho selecciones de todo el mundo tienen el privilegio de decir que son campeonas del mundo en el fútbol masculino. De ellas, apenas seis lograron repetir el título. Y la selección argentina está dentro de ese grupo selecto.
Ahora la casaca albiceleste tendrá tres estrellas sobre su escudo y se acerca a las cinco que luce la verde amarilla. No es algo imposible. El Mundial de 2026 en Estados Unidos, Canadá y México no está lejos para Lionel Scaloni y los nuevos valores de la selección de Argentina. Messi ya no estará en la próxima cita mundialista, ya dio todo su talento, su genialidad, su liderazgo para que la tercera estrella esté bien cosida en la camiseta de la nueva tricampeona del mundo.