Fracasa paro cívico: Camacho y su Comité reciben duro revés, el país trabajó con normalidad


El gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, y el Comité Cívico fracasaron estrepitosamente este lunes en su pretensión de paralizar Bolivia tras su consigna política "Censo 2023, sí o sí".

Reportes periodísticos y redes sociales mostraron actividades totalmente normales en comercios, transporte, mercados populares, actividades laborales estatales, municipales, centros educativos y médicos en las nueve capitales y ciudades intermedias del país.

Camacho y los cívicos de Santa Cruz esperaban que su convocatoria sea seguida por los comités cívicos de todo el país, apenas algunos incidentes sin importancia lograron ejecutar en Tarija, Cochabamba y Santa Cruz; el resto de las ciudades y carreteras mantuvieron todo el día la normalidad.

En el epicentro del conflicto cívico, Santa Cruz, algunos centenares de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno se concentraron ante un desolado monumento del Cristo Redentor; eso sí, como en el golpe de noviembre de 2019, enviaron mensajes amenazantes a su propia población leídos por el vicerector Reinerio Vargas.

"No vamos a permitir más cercos que atenten contra la vida y la salud, los vamos a ir a sacar y vamos a hacer respetar", "declarar en estado de emergencia y movilización permanente" y "radicalizar medidas y vigilias en instituciones públicas".

Por la noche, varias decenas de "motoqueros" recorrieron como "caravana del terror", conducida por miembros de la Unión Juvenil Cruceñista, imitando a la "Resistencia Juvenil Cochala", cuyos lideres enjuiciados señalaron a Camacho y Rómulo Calvo como autores de la violencia en el golpe de Jeanine Añez.

En La Paz, su aliado político, el alcalde Iván Arias, no movió nada en apoyo al gobernador Camacho porque fue hostigado por centenares de vecinos que llegaron hasta la Alcaldía, para exigirle que cese con la demolición ilegal de viviendas.

Trinidad, Cobija, Sucre, Potosí, La Paz, Cochabamba, Oruro, Tarija, El Alto, Montero y las ciudades fronterizas cumplieron su jornada laboral sin problemas, paros ni huelgas.